Page 92 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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Anetium (Arezzo)

            En la confluencia de tres valles de la Toscana, y sobre una colina del valle medio
         del Arno, se levantó, en lo que hoy es Arezzo, una ciudad etrusca llamada Aritim y
         a la que los romanos llamarían Anetium.  Fundada por los habitantes  de la cercana
         Clusium (Chiusi)  según la tradición,  a partir del siglo v a.C.  se  convertiría en la
         ciudad más importante de la Etruria septentrional gracias sobre todo a sus recursos
         agrícolas.
            Su núcleo urbano estuvo fortificado con poderosas murallas dobles de piedra y
         de adobe, recordadas por Vitrubio (De Arch., II, 8) y Plinio el Viejo (Nal. Hist., XXXV,
         170-173) a causa de sus excelencias técnicas. En sus cercanías, siguiendo la costumbre
         etrusca, se levantaron diferentes templos y santuarios (Monte Falterona, Socana, Cas-
         telsecco), así como necrópolis (Poggio del Sole).
            Según Dionisio de Halicarnaso (III, 51), la ciudad prestó ayuda a los latinos en
         contra de Tarquinio Prisco. Tiempo después, y a lo largo del siglo rv a.C., la ciudad
         fue agitada por luchas sociales (bellum servile) en contra de la poderosa familia real de
         los Cilnii, que precisarían de la ayuda de Roma y de contingentes venidos de Tarqui­
         nia al mando de Aule Spurinas (en latín Aulus Spurinna) para poder ser erradicadas. En
         cualquier caso, Arretium sería sometida en el año 302 a.C. por el dictator romano
         M. Valerio Máximo. Luego, en el 294 a.C., y tras duros enfrentamientos con Roma, se
         vio obligada a firmar un tratado con sus vencedores. La ciudad pudo en el 285 a.C.
         resistir el ataque de los galos y un año después, junto a umbros y galos, exterminar al
         cónsul L. Cecilio Metelo Denterj a 13.000 de sus legionarios. Años más tarde, facili­
         tó una gran ayuda en armas a Escipión el Africano en su expedición contra Cartago
         del 205 a.C. Atacada por las tropas de Sila, a causa de haber ayudado a Mario duran­
         te la Guerra civil (87-82 a.C.), logró, sin embargo, recuperarse y erigirse en un impor­
         tante centro comercial en los siglos i y II de nuestra era.
            En Arretium se han hallado importantes ejemplares de la broncística etrusca, ya
         floreciente  en  el siglo vil  a.C.,  entre  ellos,  la famosa Quimera y la  gran  estatua  de
         Menrva (ésta de estilo griego), además de notables terracotas con decoración arquitec­
         tónica de época helenística. La ciudad se especializó, asimismo, en la elaboración de
         cerámicas, llegando a contar con no menos de  125 talleres. Hacia la mitad del siglo i
         precristiano  logró  fabricar  una  famosa  cerámica —conocida  como  tena sigillata—
         apreciada en todo el Mediterráneo.
            En  tal  ciudad  nació  el  ilustre  Mecenas,  considerado  por  Horacio  y Propercio
         como «el más noble de los etruscos», descendiente de la familia Cilnii, y que llegó a
         ser el gran favorito de Augusto.



         Voltena
            Este enclave, primero villanoviano y luego etrusco, conocido por sus habitantes
         como  Velathri y por los romanos como  Volatenae, fue un importante centro agrícola,
         metalúrgico (bronces) y artístico (plástica) exportador de numerosos productos.
            A pesar de su inexpugnable situación, sobre una escarpada cima de origen volcá­
         nico, que domina los valles de los ríos Cecina y Era, además de controlar el valle del
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