Page 87 - Lara Peinado, Federico - Los etruscos. Pórtico de la historia de Roma
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Además de los restos de tumbas villanovianas, de su necrópolis, de sus murallas
       de piedra y de un gran número de viviendas privadas, Ruselas contó con amplios sec­
       tores dedicados a la fabricación de cerámicas y manufacturas metálicas. En su recin­
       to se localizó también un antiquísimo edificio de planta circular, una especie de thó-
       los, que estuvo construido con adobes.
          En la década de los 80 del pasado siglo fue descubierto un edificio etrusco del si­
       glo vi a.C. Constituye uno de los mejores ejemplos de arquitectura urbana de la épo­
       ca y que ha deparado el más antiguo atrio con impluvium conocido en la arquitectu­
       ra «itálica», una solución espacial en los patios interiores que luego los romanos ha­
       rían típica.


       Populonia

          Esta ciudad (en etrusco Pupluna, Pufluna y Fufluna y en latín Populonia) fue la úni­
       ca construida a orillas del mar, sobre el promontorio del Piombino, que domina la
       bahía del golfo de Baratti. Tal excepcionalidad fue incluso resaltada por los propios
       antiguos, caso de Plinio (Nat. Hist., Ill, 50), de Ptolomeo (III, 1) y de Estrabón (V, 2),
       que la visitó en época de Augusto.
           Constaba de dos áreas distintas: la ciudad alta (Poplónion ákron) y la baja (Popló-
       nionpolis), en la que se ubicaba un importante puerto.
           Si en un principio fue colonia, tal vez de Córcega o de Volterra (Servio, AdAen.,
       X, 172), ya desde el siglo viii a.C. sus habitantes lograron darle su específica persona­
       lidad, basando su prosperidad primero en la extracción del hierro de la vecina Cam-
       piglia y de la cercana isla de Elba (en latín, Eva) y luego en la manipulación y comer­
       cio de dicho metal, del que abastecían a toda Etruria.
           Se conoce muy poco de Populonia desde el punto de vista arqueológico, salvo
       algunos tramos de sus poderosas murallas dobles de los siglos vi y IV a.C., reforzadas
       con torres, que rodeaban en un primer recinto la acrópolis y en un segundo un am­
       plio espacio de tierra, que iba desde el golfo de Baratti a la cala de San Quirico, con­
       virtiendo su ámbito en una verdadera península.
          También junto al mar, además de su zona portuaria, se situaron sus necrópolis,
       caso de las del Poggio delle Granate, Poggio della Porcareccia, Poggio del Molino y
       de  San  Cerbone,  todas,  además,  con  tumbas villanovianas.  En la  del Poggio  della
       Porcareccia hay que citar, sobre todo, dos tumbas de túmulo sobre tambor cilindri­
       co (Tumulo dei Flabeüi, Tumulo delle Oreficerie) y en la de San Cerbone las tumbas dei Ca­
       rri y deiLetti Funebri, que estuvieron en uso durante toda la etapa orientalizante.
          A partir de la mitad del siglo vil a.C. se difundió en Populonia la tumba de tipo
       cassone, evolución monumental de las tumbas de fosa individual, y también, en el
       siglo siguiente, las del tipo aedicula, resueltas a modo de pequeño templo de plan­
       ta rectangular con techo a doble vertiente (una muy bien conservada es la conoci­
       da como  Tomba di un Oferente, llamada así por una estatuilla de bronce encontrada
       en ella).
          La gran actividad siderúrgica —en Populonia se hallaba instalada la industria pe­
       sada etrusca— motivó que las escorias de hierro de sus numerosos hornos se vertie­
       ran en las afueras de la ciudad, no teniendo inconveniente los populonios, por dife­
       rentes razones de comodidad y economía, en arrojarlas sobre las necrópolis arcaicas
       (San Cerbone).


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