Page 134 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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lores que no es lesiva para los intereses del orden establecido y que sí,
       en cambio, promueve los más altos sentimientos contenidos en la li­
       teratura moralizante, de la que su historia constituye capítulo destaca­
       do. Y en esta reflexión está contenido un problema elemental para la
       interpretación del carácter y significado de los héroes estudiados: si las
       noticias a ellos referidas responden a su realidad biográfica o si no son
       más que el resultado de la proyección sobre ellos de los valores domi­
       nantes en la sociedad en la que se genera esta literatura.
          Estoy convencido de que se puede adelantar una respuesta senci­
       lla para aliviar la angustia del problema: las dos alternativas son correc­
       tas.  Pero una explicación satisfactoria de esta opción resulta ya más
       compleja. Sería demasiado simple pensar que los autores clásicos fue­
       ron capaces de transmitir la información adquirida sobre sus heroicos
       enemigos sin introducir ningún elemento de interpretación subjetiva.
       La mera lectura de sus textos demuestra que la creación historiográfi-
       ca no era tan aséptica. Por otra parte, sería impensable que se pudiera
       escribir tanta literatura histórica sin reproducir ningún dato de la rea­
       lidad relatada; de hecho, los arquetipos, muy repetidos, no anulan ras­
       gos específicos que reconocen la individualidad de los personajes des­
       critos. Ahora bien,  de esta respuesta mixta surge otro problema más
       difícil de perfilar, cuando indagamos sobre el grado de manipulación
       literaria y el de conservación de la realidad histórica. Aquí es donde
       los investigadores encuentran campo abonado para sus disputas5.
          Si aceptamos la corrección de este planteamiento, cualquier inter­
       pretación basada en la exclusiva bondad de una de las dos alternativas
       señaladas habrá de ser considerada errática o inconclusa.  Pensemos,
       por ejemplo, en la interpretación de la figura de Viriato como héroe
       cínico6 o como expresión ideológica de la sabiduría indígena7. En rea­


         5  Recomendaría  tener  a  mano  la  deliciosa  colección  de  ensayos  publicados  por
       J. Caro Baroja bajo el título De los arquetipos y  leyendas. Dos tratados introductorios, Barce­
       lona, 1989. En el caso que nos ocupa, la posición más negativa sobre la utilidad de la
       información transmitida acerca de Viriato es la de E. Pais, Storia di Roma durante le gran­
       di conquiste mediterranee, Turin,  1931, 489, para quien consiste tan sólo en poesía y le­
       yenda.
         6 ]. Lens, «Viriato, héroe y rey cínico», Estudios de Filología Griega, 2,1986,253-272.
       La intervención posidoniana en la creación de esa imagen ha sido destacada por García
       Moreno, «Viriato», especialmente pág. 382.
         7  Μ. V. García Quíntela, «Viriato y la ideología trifüncional indoeuropea», Polis, 5,
       1993,111-138. El problema queda planteado en la pág.  116, donde se pregunta si son
       los «sabios indígenas» o los etnógrafos griegos y latinos los responsables de la tradición
       conservada sobre Viriato. La solución en la pág.  131:  «parece posible  afirmar que  en
       Diodoro leemos la traducción al griego,  seguramente  con adaptaciones,  de una crea­
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