Page 288 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
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Suetonio, en cambio, aun haciendo la afirmación general referida
       a Tiberio de que tenía una naturaleza cruel y sin piedad desde la infan­
       cia (Tib., LVII),  concreta lo que considera los rasgos negativos  de la
       personalidad de Tiberio en lá segunda etapa de su vida, a partir de su
       retiro en Capri (Tib., XL y ss.). Y el propio Dión Casio sigue un esque­
       ma análogo al de Suetonio (LVII).
          Más favorable a Tiberio resulta, en cambio, la versión de Veleyo
       Patérculo. Pero también Veleyo puede ser acusado de parcialidad por
       haber accedido al rango senatorial bajo Tiberio e incluso a propuesta
       del mismo, candidatus Caesaris, el año 15; más aún, su protector, el po­
       deroso M. Vinicius, mantuvo un fuerte peso político bajo el gobierno
       de Tiberio4. M. Vinicius, que llegó a estar próximo a Sejano, no fue
       arrastrado en su caída. Los historiadores modernos, faltos de razones
       para explicar la continuidad política de M. Vinicius, acuden al estilo
       argumental de Tácito diciendo, como Sumner, que Vinicius no era un
       hombre que arriesgara insensatamente5, o bien como Hellegouarc’h,
       quien atribuye a Minicius una espina dorsal muy flexible6.
          Ante posiciones tan opuestas de los historiadores antiguos, el peso
       de los más y de los que mejor escribieron (Tácito, Suetonio, Dión Ca­
       sio) ha inclinado casi siempre la balanza en detrimento de Tiberio y
       en favor de  Germánico, llegando a encontramos ante la imagen  de
       Germánico, el héroe que debió ocupar el poder, enfrentada al antihé­
       roe a quien, por desgracia, le tocó en suerte suceder al gran Augusto.
       Y si el eje del análisis residiera en la consideración del «éxito social»,
       tal vez debiéramos aceptar gran parte de la tradición literaria. Si pre­
       tendemos, en cambio, hacer análisis políticos, creemos que es necesa­
       rio  dar un vuelco  a las posiciones historiográficas modernas que  si­
       guen siendo excesivamente seguidistas de tesis dominantes en la ma­
       yoría de los autores antiguos.
          Para adquirir una visión más objetiya de ambos personajes y del
       valor de las imágenes transmitidas sobre los mismos hay materia para
       una nueva monografía. Baste, por el momento, que comparemos am­
       bas imágenes en pasajes cruciales de la vida de ambos.
          1) En primer lugar, tanto Tiberio como Germánico formaban par­

       cupado por la recogida de todo tipo de documentos; Suetonio no mentía, perseguía los
       documentos originales, daba a veces dos versiones de un hecho si no consideraba nin­
       guno seguro, pero no siempre hizo una buena criba de sus documentos: cfr. E. Ailloud,
       1967, XXXIII-XXXVII1.
         4 J. Hellegouarc’h, 1982, XVI-XXI.
         5  G. V. Sumner, 1970, 290.
         6 J. Hellegouarc’h, 1982, XVII.
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