Page 289 - Alvar, J. & Blázquez, J. M.ª (eds.) - Héroes y antihéroes en la Antigüedad clásica
P. 289

te de esa elite romana que había escuchado las lecciones de los mejo­
        res maestros, filósofos y rétores de la época, conocían bien el latín y el
        griego e incluso hacían ensayos literarios en ambas lenguas.
           Las referencias de Veleyo Patérculo a la formación cultural de Ti­
        berio no son cuestionadas por ningún otro autor, cuando dice que era
        un joven «alimentado» con las lecciones de maestros  excepcionales,
        de buena prestancia física, que había hecho excelentes estudios y que
        poseía una gran inteligencia; ya de joven presentaba el aspecto de un
        príncipe7. Suetonio (Tib., LXX) indica igualmente que Tiberio cultiva­
        ba las letras latinas y griegas con un gran entusiasmo —«Artes libera­
        les utriusque generis studiosissime  coluit»—, que hablaba griego co­
        rrectamente, que escribió versos en latín y en griego y que, además, se­
        guía al día los movimientos poéticos y filosóficos de la época para lo
        que le fue muy útil su estancia en Rodas (Ttb., XI).
           Y    la formación cultural de Germánico era equiparable. Suetonio
        (Cdig., 3) dice  de  Germánico  que fue un buen orador y que,  entre
        otras obras, escribió comedias griegas8. De los muchos honores que re­
        cibió a su muerte, uno fue el de hacerle un escudo para ponerlo entre
        los antiguos escritores (Tác., Ann., II, 83, 3). Y la parte de su obra que
        nos ha llegado —unos pocos epigramas9 y la traducción de los Phae­
        nomena de Arato10— permite una valoración literaria favorable.
           En pocas ocasiones de la historia, la poesía ha tenido tan alta con­
        sideración social y tanta incidencia política como en época de Augus­
        to11. Los poetas eran escuchados y, lo que es más excepcional, recibían
        con frecuencia  honores  cívicos y grandes  recompensas  económicas
        por su labor12. Los Phaenomena de Germánico, obra de su edad madu­
        ra, escrita entre el 14-1913, no es una simple traducción de la obra de
        Arato como la que realizó Cicerón en su juventud14. Germánico se sir­
        ve del texto de Arato (276-274 a.C.) para reforzar la propaganda en fa-


          7  Veil. Pat., II, CIV: «[...] innutritus caelestium praeceptorum disciplinis, iuvenis ge­
        nere, forma, celsitudine corporis,  optimis studiis maximoque ingenio instructissimus,
        qui protinus quantus est, sperari potuerat visuque praetulerat principem».
          8  Suet., Cdig., 3: «oravit causas etiam triumphalis atque inter cetera studiorum mo-
        nimenta reliquit et comoedias Graecas».
          9  Sus epigramas están recogidos en la Anthol. lat., 708, 709.
          10  La introducción al texto de la edición de A. Le Boeufle, 1975, VII y ss., es básica
       para la comprensión de esta obra.
          11 J. André, 1974,171 y ss.
          12  Ibid., 183.
          13  A. Le Boeufle, 1975, VII-IX.
          14 J. Soubiran,  1972, 9-16, considera que Cicerón debía tener unos diecisiete años
       —hacia el 90-89 a.C.— cuando tradujo los Phaenomena de Arato.

       298
   284   285   286   287   288   289   290   291   292   293   294