Page 344 - Guerra de las Galias [Colección Gredos Bilingüe] I-II-III
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noctii, infirmis navibus hiemi navigationem subiciendam
         non existimabat. (3) Ipse, idoneam tempestatem nactus,
         paulo post mediam noctem naves solvit; (4) quae omnes
         incolumes  ad  continentem  pervenerunt;  sed  ex  iis  one­
         rariae  duae  eosdem quos  reliqui  portus capere non  po­
         tuerunt  et  paulo  infra  delatae  sunt.

            XXXVII.       (1) Quibus ex navibus cum essent exposi­
         ti milites circiter trecenti atque in castra contenderent,
         Morini  *,  quos  Caesar  in  Britanniam *  proficiscens  pa­
         catos reliquerat, spe praedae adducti, primo non ita mag­
         no suorum numero circumsteterunt ac,  si  sese  interfici
         nollent, arma ponere iusserunt. (2) Cum illi, orbe * facto,
         sese  defenderent,  celeriter  ad  clamorem  hominum  cir­
         citer milia sex convenerunt. Qua re nuntiata,  Caesar om­
         nem ex castris  equitatum suis auxilio misit.  (3) Interim
         nostri milites impetum hostium sustinuerunt atque am­
         plius  horis  quattuor  fortissime  pugnaverunt  et,  paucis




         que,  estando  próximo  el  equinoccio,  no  le  parecía  conveniente  exponerse
         a navegar en invierno con unas naves averiadas. (3) Así, pues, aprovechando
          el buen tiempo, poco después de media noche se hizo al m ar con las naves,
          (4) llegando todas incólumes al continente, aunque dos de las de transporte
          no pudieron alcanzar los mismos puertos que las demás, sino que arribaron
          un  poco  más  abajo.
            XXXVII.   (1)  Habiendo  desembarcado  de  estas  naves  unos  trescientos
          soldados,  cuando  se dirigían al  campamento,  los  morinos,  a  los  cuales  ha­
          bía dejado César pacificados al marchar a Bretaña, movidos por la esperan­
          za  de  botín,  los  rodearon,  al  principio  con  un  número  no  muy  grande  de
          los  suyos,  y les  ordenaron que,  si no querían morir,  depusieran  las armas.
          (2) Como los nuestros, formando círculo,  se defendieran, a  las voces  de los
          enemigos acudieron unos seis mil hombres. Apenas tuvo noticia de ello Cé­
          sar, envió en  socorro de los  suyos toda la caballería que tenía en el campa­
          mento.  (3)  Entre  tanto nuestros  soldados  sostuvieron el empuje de los ene­
          migos y lucharon con gran valentía más de cuatro horas,  logrando,  sin ser
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