Page 77 - ¿Y si quedamos como amigos?
P. 77

******Created by ebook converter - www.ebook-converter.com******




                                                CAPÍTULO NUEVE





          Si hubiera podido hablar con mi yo de octavo de primaria, le habría dicho que no se

          preocupara por nada. En primero de secundaria, todo salió bien. Aunque reconozco que
          andar con un chico de segundo ayudó bastante.
             —¿Tienes frío? —Ian me rodeó con el brazo.
             —¿Por  qué  tengo  la  sensación  de  que  buscas  excusas  para  acercarte  a  mí?  —me
          acurruqué contra él.

             Él me estrechó un momento mientras nos sentábamos en las gradas para presenciar un
          partido de futbol escolar. Acababa de empezar el curso.
             A mi llegada a la secundaria, Ian había dado por supuesto que Levi y yo andábamos,

          claro. Yo lo entendía perfectamente.  No sólo íbamos y regresábamos juntos a diario
          (excepto cuando él tenía entrenamiento), sino que nos sentábamos juntos a la hora de
          comer, acudimos juntos al baile de bienvenida y lo hacíamos casi todo juntos.
             Lo comprendía. De verdad que sí, pero no por eso iba a renunciar a pasar tiempo con
          mi mejor amigo.

             Supongo  que  Ian  acabó  por  aceptar  la  clase  de  relación  que  teníamos  Levi  y  yo,
          porque un sábado, después de Acción de Gracias, me pidió salir. El día del partido
          llevábamos  juntos  diez  meses,  y  en  todo  ese  tiempo  no  había  formulado  ni  una  sola

          queja sobre Levi. Bromeaba al respecto, claro que sí, pero yo era consciente de que, en
          parte, tenía motivos.
             —¿Alguna vez te he dicho que más que una buena amiga eres una santa? —se rio Ian.
             —Algún día tendrán que dejarlo jugar.
             Rezaba para que el universo me escuchara.

             Habíamos acudido al partido para animar a Levi, aunque ni siquiera había pisado el
          campo. Nunca. Ni en primero ni en los dos primeros partidos de segundo. La velocidad
          no era el problema; el entrenador siempre le decía que era el más rápido del equipo. El

          balón, en cambio, se le resistía.
             Así que Levi se sentaba en el banquillo. Eso sí, formaba parte del equipo.
             Y como Levi, a su vez, formaba parte de mi vida, yo me sentaba en las gradas para
          animarlo.
             —¿Tengo que recordarte que en primavera no me perdí ni una sola de tus carreras?

          —le propiné un codazo a Ian.
             —¿Tengo que recordarte que Levi también competía? No finjas que estabas allí sólo
          por mí.

             Abrí la boca, estupefacta.


          ******ebook converter DEMO - www.ebook-converter.com*******
   72   73   74   75   76   77   78   79   80   81   82