Page 78 - ¿Y si quedamos como amigos?
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—¿Exactamente qué quieres decir con eso?
Ian negó con la cabeza.
—Nada. Desde luego no te estoy preguntando a quién prefieres. En esa guerra,
siempre tendré las de perder. Además, ya sabes que me cae bien… si no fuera porque
está a punto de superar mi tiempo.
Me tapé la cara. Daba gracias de que mi novio y mi mejor amigo sólo compitieran en
las carreras de atletismo. El entrenador, el señor Scharfenberg, ya le había dicho a Levi
que se considerara dentro del equipo.
Ian y yo nos tragamos todo el partido. Yo intentaba fingir interés, pero, la verdad, si
Levi no jugaba y los jugadores no lucían el uniforme verde y dorado, todo aquello me
parecía aburrido a más no poder.
Dediqué buena parte del tiempo a evitar el contacto visual con las animadoras. Emily
actuó como si no tuviera ninguna preocupación en el mundo, y supongo que así era.
Había salido con Troy un tiempo, después con Keith, luego le tocó a James, a Mark y a
Dave. Pese a sus muchos temores, no tuvo que hacer ningún esfuerzo para encajar. Su
círculo de amigos había aumentado considerablemente.
Danielle me había apoyado durante “el divorcio”, lo cual fue una suerte, porque su
sarcasmo me vino muy bien para superar la ruptura. Cuando Emily y yo compartíamos
alguna clase, charlábamos con normalidad, pero en cuanto sonaba el timbre ella se
largaba con sus nuevos compinches. Afortunadamente, yo también había hecho amigos,
y eso me ayudaba a no guardarle rencor.
Cuando el partido terminó, Ian y yo esperamos a Levi junto a los vestidores.
Salió del edificio con la capucha de la sudadera echada sobre la cabeza. Todos sus
movimientos proyectaban derrota.
—¡Eh! —intenté adoptar un tono entusiasta, pero no demasiado.
—Hola —Levi no levantó la vista del suelo.
—Le dije a tu mamá que te llevaríamos a casa. Pero ¿qué te parece si primero
comemos un helado? ¿En casa de Ian?
—¡Eh! —Ian me tomó por la cintura.
Le aparté las manos de un manotazo.
—Ya salió el caballero.
A Levi no le hizo gracia.
—No, tranquilos.
Ni siquiera nos miró.
Basta una palabra para describir los momentos como ése: incómodos.
Subimos al coche de Ian. Prácticamente vi cómo Levi ponía los ojos en blanco
cuando empezó a sonar un tema rap a todo volumen. Bajé la música.
—Qué onda, Levi —Ian lo miró por el espejo retrovisor—. Oí que andas con Carrie
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