Page 95 - ¿Y si quedamos como amigos?
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          yo me puse en pie a toda prisa.

             —¿Qué pasa aquí? —rodeé a Andy con el brazo y le pedí perdón a Macallan con la
          mirada—. ¿Te está molestando?
             —Estoy invitando a estas preciosas señoritas a sentarse con nosotros.

             Andy inclinó la cabeza con gesto de caballero.
             Danielle agarró la carta y se negó a alzar la vista. Su nivel de tolerancia hacia las
          “estúpidas payasadas de los chicos” no era mucho mayor que el de Macallan.
             Yo sabía que el único modo de alejar a Andy de allí era ponerlo celoso.
             —Eh,  tú  —empujé  a Andy  a  un  lado  y  me  senté  junto  a  Macallan—.  ¿Qué  vas  a

          comer?  —le  apoyé  la  barbilla  en  el  hombro  para  aumentar  el  efecto—. A  ver  si  lo
          adivino. ¿Atún con queso?
             —Puede… —la vi lanzarle una mirada a Danielle que se convirtió en una sonrisita

          conspiratoria.
             El silencio se apoderó de la mesa. Andy se disculpó, pero yo quería quedarme allí
          unos minutos más para dejar bien claro que aquella mesa me pertenecía.
             —Me voy a lavar las manos —Danielle se levantó y se marchó.
             Yo ocupé su sitio frente a Macallan.

             —¿Cómo va todo?
             Macallan se encogió de hombros.
             —Bien. ¿Vas a venir a cenar el domingo por la noche?

             —No puedo… Quedamos en casa de Keith. Pero mis papás sí irán.
             Ella volvió a mirar la carta. En aquel restaurante sólo había dos o tres cosas que le
          gustaban, así que no entendía qué miraba con tanto interés.
             —Ah, y el miércoles tampoco podré. Quedé…
             —Con los chicos —me cortó Macallan con un atisbo de resentimiento en la voz.

             —Sí, claro —le quité la carta—. Mira, siento haber estado tan ocupado.
             —Lo entiendo —comprendí que estaba dolida conmigo. No estaba acostumbrada a
          que yo tuviera mis propios planes. ¿Qué podía hacer yo si los chicos del equipo me

          acaparaban? Era un hombre muy solicitado—. ¿Y crees que podrás venir a la fiesta de
          Adam?
             —¿No faltan aún varios meses?
             —Sí,  pero  así  vas  reservando  la  fecha.  Aunque  seguramente  lo  cancelarás  en  el
          último minuto.

             Decidí pasar por alto aquel comentario pasivo-agresivo.
             Macallan agarró su refresco y dio un gran trago. Guardó silencio un instante. Luego
          dejó el refresco en la mesa y dijo:

             —Pues Keith me volvió a pedir que salga con él.
             —¿Que hizo qué? —le espeté.


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