Page 50 - Mediavilla-C-Caligrafia
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                                           ,

                    LOS  UTILES




                                     DEL



                    CALÍGR(\FO








            Pam c¡ue  huyaescriturn primero debe existir un conjunto de signos tmzndns sobre un soporte
          c11yu  5igrtij1rrJdo debP hrther .sido estnblecido previamente por ww crmwnitlnrl social petro su uso,
                      y es preciso t¡ue did111s signos puedan registrar )1 reproducir 111w frrrse lwblnda.
                                                                         )AMES  FÉVJUER




          La  necesidad de intercambiar información y ¡Jreservar lo aprendido llevó al ser
          humano a la  creación de signos que finnlmente desembocaron en la escritura.
          Es-~a lenta evolución permitió la tTansmisión de conocimientos de un individ110 a
          otro. En la actualidad el hecho de escribir nos parece algo natural, pero todo hace
          pensar que antes de Lascaux y de Altamira la escritura prácticamente no existía,
          de  modo que no podemos decir que sepamos escribir tlestle hace una eternitlad.
          Nuestra escritura posee nna historia y 1 efleja unas  técnicas muy concretas.
          Además, constituye un hecho cultural: las  mutaciones de ciertas escrituras tienen
          su origen en factores muy diversos, como los ¡¡¡vanees intelectuales, la capacidad de
          abstracción  o la coyuntura económica. No obstante, el buril, el pincel y el cálamo
          si n duda desempeñaron un papel esencial dentro de esta historia y  aceleraron
          la estilización del «signo-objeto» hacia el •signo-palabra>>,  permitiendo al mismo
          tiempo una gran economía de medios. La  mayoría de las civilizaciones emergentes
          se han preocupado por aligerar la  tarea del escritor mediante la puesta a punto de
          nuevos materiales. Por ejemplo, el paso del cincel al estilo permitió ligar las letras
          y ganar un tiempo precioso. A menudo el dilema de los escribas ha consistido en
          l"scoger entre  un soporte duro pero poco manejable y umt mater ia blanda pero
          poco duradera. Esta elección adquiere aún más relevancia si consideramos que
          la historia de los utensilios caligráficos parece confundirse con la historia tle la
          escritura.  Además, el utensilio caligráfico siempre está  fechado en el  tiempo¡
          a cada época corresponden unos instrumentos y unos sopo11es tleterminados.
          Sin embargo,  no Jebernos hacernos una idea esquemática de la evolución del    Pnquius Proculus y su esposa, 11no de
                                                                                         los  retratos más cflebn•s de la pintura
          insLrumental del caügrafo: siempre prevalecerá el análisis detallatlo sobre las vagas
                                                                                         po n 1pey;:~na ,  anterior al  a1'1o  79· El hombre
          suposiciones.  Por ejemplo, conviene saber que, contrariamente a lo que cabría   ap11rece  ca ractc~ ri zaclo como un campc>l nn Jt!
          esperar, los romanos no desconodan el uso cle la pluma metálica. Se han haJJado   Campania cnriquo.:t ido pot· el  negocio del pan.
                                                                                         Su compa1iera, más coqueta y refinada, eleva
          algunas en  Pompeya, a menudo hechas de bronce, que imitan la forma cle
                                                                                         hacia sus labios un esl ilo de metal y enarbola
          la pluma de ave, y la  tinta que se utilizaba para este instrumento consistía en una   un diplico COITI[JUeslu tle Lablillas enceradas
           mezcla de carbón y de goma arábiga. Al  principio podfa darse una total equivalencia   unidas por bisagras. Paquius L'roculus apoya
                                                                                         la boubilla con expectación sobre 11n  rollo de
          e.nrre los instrumentos y los soportes. Los egipcios y  los sumerios, por ejemplo,
                                                                                         papiro, símbolo J e su superioridad social.
           11tílí~aron tanto el utensilio (cálamo) corno el soporte (papiro).  Esta homogeneidad
                                                                                         A través del fucgn de miradas,  la escena
          del material caligráfico parece mostrar una característica de la antigüedad de nuestra   revela la sornbr11  de uno  duda o de un sueño y
          escrüura, como si a lo largo del tiempo los calígrafos hubieran tendido a diversificar   recuerda el es tilo griego. muy próximo lclmbién
                                                                                         eJe los  relra!O:;  llamado:; de  El Fay11n, en Egip1o.
          cada vez más su instrumental.
                                                                                         Nápulc!S,  Museo Arqueológico.




                                                             LOS  UTJLE~ DCL CI\LÍC.Jt¡HO                             23
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