Page 106 - Libro de Compilacion 2019_Neat
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                         En  tal  sentido  la  filosofía  es  un  interrogatorio  continuo  sobre  las  cosas                  cargadas  de  problemas  que  se  ofrecen  al observador  que  se  encuentra  atento,                  esa búsqueda de una explicación de las cosas que nos asombra y admiramos, es                  a su vez un reconocimiento que ignoramos la cosa, de allí que nos movemos por                  el saber mismo, huyendo de la ignorancia, que no nace del impulso espontáneo                  del alma, sino por el afán por conocer, presionados por el problema mismo que se                  nos presenta en forma de contradicciones.                         Marías  (1980)  afirma  que  para  Aristóteles  todos  los  hombres  tienden  por                  naturaleza a saber, de allí el gusto que tenemos por las sensaciones, sin embargo                  esas sensaciones no son exclusivas del hombre, ya que los animales también las                  tienen, pero el hombre tiene otra forma superior de saber cómo es la experiencia,                  que  es  un  conocimiento  que  se  obtienen  por  la  familiaridad  con  las  cosas,  de                  modo inmediato y concreto, otorgado por lo individual.                         Copleston (s/f) afirma que Aristóteles concibe niveles o grados del saber, de                  allí  que  alguien  puede  saber  por  experiencia  que  una  planta  puede  servir  de                  medicina para curar una dolencia, pero desconoce el motivo por el que lo hace,                  mientras que otros hombres conocen el arte de saber las causas o motivos, así                  puede determinar que esa planta tiene ciertas propiedades que hace desaparecer                  la  enfermedad,  lo  que  lo  lleva  a  entender  un  universal,  que  se  encuentra  en  la                  planta y puede ayudar en cada caso que se presente de la misma enfermedad.                         En este punto es conveniente señalar, que para Russell (1946) las nociones                  de  universal  e  individual  de  Aristóteles  son  claves  para  comprender  toda  su                  metafísica y a su vez es lo que lo distancia de su maestro Platón. En tal sentido                  considera  que  para  Aristóteles  lo  universal  no  es  la  sustancia  como  considera                  Platón, quien las ubica en el lugar celeste, es decir en el mundo de las ideas puras                  e inmutables, sino que es algo común y eso lo hace universal, ya que la sustancia                  es aquello peculiar de cada cosa, de lo cual está hecho y le pertenece a ese ente                  en  forma  individual  y  no  es  compartido  por  ninguna  otra,  siendo  lo  universal  lo                  opuesto a la sustancia.                         De  esta  forma  un  término  universal  para  Aristóteles  es  aquel  que  es                  predicado de  muchos sujetos, mientras que el término individual es el que no lo                                                             106
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