Page 111 - Libro de Compilacion 2019_Neat
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                  hombre y cada animal, mientras que en el cielo se expresa en la voluntad de Dios                  o artífice supremo, el cual a su vez constituye el motor primero e inmóvil, como                  detallamos anteriormente, relacionando Aristóteles su física con la metafísica.                         Las cosas naturales son aquellas que tienen movimiento continuo que se                  origina en un principio interno para llegar a cierta realización. Luego el movimiento                  es la actualización de lo que existe en potencia. Ahora bien, Aristóteles considera                  que el movimiento se produce en un tiempo, el cual rechaza su existencia, toda                  vez  que  el  pasado  ya  no  existe  y  el  futuro  no  ha  existido,  lo  que  conlleva  a                  considerar que es movimiento que admite numeración y cuantificación, siendo que                  siempre ha habido movimiento para Aristóteles, el universo estaba creado desde                  siempre, ya que no puede haber tiempo sin movimiento, por estar estrechamente                  relacionados  el  tiempo  y  el  movimiento,  como  causas  necesarias,  en  la  que  el                  tiempo es increado.                         Esta noción de movimiento lleva la física a la metafísica de Aristóteles, en                  cuanto  a  que  el  movimiento  procede  de  un  motor  inmóvil,  que  genera  un                  movimiento  primario  que  es  circular,  el  cual  es  continuo  e  infinito,  ubicando  al                  primer motor en la circunferencia del mundo.                         En  cuanto  a  los  cuerpos  celestes,  considera  Aristóteles  que  las  cosas                  debajo de la luna están sujetas a generación y destrucción, mientras que las que                  quedan por encima de esta son ingénitas e indestructibles, ubicando a la tierra con                  su forma esférica en el centro del universo, así como el cielo es esférico y todos                  están compuestos de tierra, agua, aire y fuego, pero los cuerpos celestes están                  compuestos además de un quinto elemento.                         Aristóteles  también  abordó  la  ética,  la  cual  según  Marías  (1980)  “es  la                  ontología del hombre” (p, 77). Aristóteles consideraba en la Ética a Nicodemo que                  el bien es el fin último de las cosas o seres, y también lo es de todas las conductas                  o acciones humanas, el bien supremo es la felicidad, la cual es la plena realización                  del hombre.                         Para Russell (1946) la felicidad en Aristóteles, es una actividad del alma, la                  cual abarca una  parte  racional y  otra  irracional,  semejante  a  como  lo  consideró                  Platón. La parte irracional se divide en vegetativa y apetitiva, aceptando que esta                                                             111
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