Page 112 - Libro de Compilacion 2019_Neat
P. 112

                  última  puede  ser  en  cierto  grado  racional,  cuando  las  cosas  que  busca  son                  aprobadas por la razón.                         En  la  parte  racional  está  la  virtud,  ya  que  ésta  se  divide  en  moral  e                  intelectual,  que  corresponde  a  las  dos  partes  del alma,  en  las  que  mientras  las                  virtudes morales provienen de la costumbre, las virtudes intelectuales provienen                  de la enseñanza, sin embargo toda virtud, tanto morales como intelectuales, tienen                  un justo medio, o medio entre dos extremos, así la valentía es el medio entre la                  cobardía y la temeridad. De tal suerte que las virtudes son medios que permiten                  llegar a la felicidad, siendo el fin lo deseado o anhelado, mientras que el medio es                  conforme  a  nuestra  elección  voluntaria.  Lo  que  conlleva  a  decir  que  el  hombre                  bueno es actividad del alma concertado con la virtud de una vida buena, de allí                  que las acciones virtuosas son buenas.                         El bien de cada cosa es la función que desempeña, por lo que el bien del                  ojo  (cosa),  es  la  visión  (función),  llevando  a  Aristóteles  a  cuestionarse  sobre  el                  bien del hombre y por tanto de su función, desechando que sea vivir, por cuanto                  es común en plantas, animales y el hombre, lo que lo lleva a considerar que ese                  bien se encuentra en cierta vida activa propia del hombre dotado de razón, que es                  la  vida  contemplativa  o  teorética  que  lleva  a  la  felicidad  humana,  la  cual  es                  superior a la vida de placeres, a la de la producción y a la vida práctica. Pero no                  basta que esa vida la obtenga el hombre por un momento, se requiere que sea                  constante, lo que hace al hombre dichoso y feliz.                         La vida contemplativa es la más excelente en los hombres, por ser el logos                  o entendimiento lo más excelente y las cosas conocidas por el entendimiento son                  a su vez las más excelentes, así como es la más continua por cuanto no cesa con                  su logro, ya que persiste, va acompañada de placeres puros, que son requeridos                  en la felicidad, aunque no deben confundirse con el placer puro, y por último es                  necesaria por cuanto el hombre necesita de cosas para la vida.                         Aristóteles en su ética también trata el problema de la justicia, tanto la que                  es legal, llamada justicia universal, como aquella que es equitativa, denominada                  particular, siendo la primera la obediencia a la ley, en la cual por ser ley del Estado                                                             112
   107   108   109   110   111   112   113   114   115   116   117