Page 107 - Libro de Compilacion 2019_Neat
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                  hace. Sin embargo, un término universal no puede existir por sí mismo, requiere                  de muchos individuales.                        “Superficialmente,  la  doctrina  de  Aristóteles  es  bastante  sencilla.                        Supongamos  que  digo  «existe  una  cosa  como  el  juego  de  fútbol»;  la                        mayoría  de  la  gente  consideraría  la  observación  como  una                        perogrullada. Pero si dijese que el fútbol puede existir sin jugadores, se                        creería  que  digo  tonterías.  Análogamente,  se  sostendría  que  existe                        parentela, pero sólo porque hay parientes; que hay dulzura, pero sólo                        porque  hay  cosas  dulces;  que hay  rojez,  pero  sólo  porque  hay  cosas                        rojas. Y esta dependencia no se considera recíproca; los hombres que                        juegan  al  fútbol  existirían  aun  cuando  nunca  jugasen  al  fútbol.  Las                        cosas  que  son  dulces  en  general  pueden  ponerse  agrias,  y  mi  cara                        encarnada, en general, puede palidecer, sin dejar de ser mi rostro. Así,                        concluimos que lo significado por un adjetivo depende en su existencia                        de  lo  significado  por  un  nombre  propio,  pero  no  viceversa.  Creo  que                        esto es lo que quiere decir Aristóteles. Su doctrina en este punto, como                        en muchos otros, es un prejuicio de sentido común, pedantescamente                        expresado”. (Russell: 1946, p. 187).                         Afirma Marías (1980) que Aristóteles dice en Metafísica, IV, 2, “que el ente                  se dice de muchas maneras, pero no de un modo equívoco, sino analógico, que                  es aquél que tiene varios sentidos; es decir, con relación a un principio único que                  da unidad a los muchos sentidos. Por eso el ente es uno y múltiple a la vez”. (p.                  63).  De  allí  que  el  sentido  fundamental  del  ser  es  la  sustancia.  Por  su  parte  la                  esencia es considerada por Aristóteles como lo que es por su propia naturaleza,                  de  la  cual  el  conjunto  de  propiedades  fundamentales  de  una  sustancia  es  la                  esencia, también llamada por Aristóteles sustancia segunda.                         Con  respecto  al  ser,  Aristóteles  considera  que  es  una  palabra  análoga  o                  analógica, que si bien no es equivoca, tiene una conexión o unidad entre sí. De tal                  manera  que  cosas  distintas  envuelven  una  cosa  común,  la  esencia  (sustancia                  segunda)  del  ente,  del  ser,  ya  que  todos  los  modos  del  ente  son  sustancias  o                  afecciones, por lo  que  el ser se puede decir  de  muchas maneras,  siendo  estas                  maneras los modos del ser, lo cuales clasificó en cuatro a saber: 1) El ser per se o                  per accidens, (por esencia o por accidente), 2) por categorías, 3) el ser verdadero                  y el ser falso, y 4) según la potencia del acto.                                                             107
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