Page 275 - El Retorno del Rey
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Numerosas separaciones
C uando al fin terminaron los días de regocijo, los Compañeros pensaron en el
regreso. Y Frodo fue a ver al Rey, y lo encontró sentado junto al Manantial con la
Reina Arwen; y ella cantaba una canción de Valinor, y mientras tanto el Árbol
crecía y florecía. Recibieron de buen grado a Frodo, y se levantaron para
saludarlo; y Aragorn dijo:
—Sé lo que has venido a decirme, Frodo: deseas volver a tu casa. Y bien,
entrañable amigo, el árbol crece mejor en la tierra de sus antepasados; pero
siempre serás bienvenido en todos los países del Oeste. Y aunque en las antiguas
gestas de los grandes tu pueblo haya conquistado poca fama, de ahora en
adelante tendrá más renombre que muchos vastos reinos hoy desaparecidos.
—Es verdad que deseo volver a la Comarca —dijo Frodo—. Pero antes
quiero pasar por Rivendel. Porque si bien nada pudo faltarme en días tan
colmados de bendiciones, he echado de menos a Bilbo; y en verdad me quedé
triste cuando vi que no llegaba con la comitiva de Elrond.
—¿Acaso te ha sorprendido, Portador del Anillo? —dijo Arwen—: Porque tú
conoces el poder del objeto que ha sido destruido; y todo cuanto fue creado por él
está desapareciendo ahora. Pero tu pariente tuvo el Anillo más tiempo que tú, y
ahora es un anciano para los suyos; y te espera, pues ya nunca más hará un largo
viaje, excepto el último.
—En ese caso pido licencia para partir cuanto antes —dijo Frodo.
—Partiremos dentro de siete días —dijo Aragorn—. Porque yo haré con
vosotros buena parte del camino, hasta el país de Rohan. Dentro de tres días
regresará Éomer y se llevará a Théoden a que repose en la Marca, y nosotros lo
acompañaremos para honrar al caído. Pero ahora, antes de tu partida, deseo
confirmarte lo que antes te dijo Faramir: eres libre para siempre en el reino de
Gondor, al igual que todos tus compañeros. Y si hubiera presentes dignos de
vuestras hazañas, os los daré; pero si deseáis alguna cosa, podéis llevarla; y
cabalgaréis con los honores y la pompa de los príncipes de este reino.
Pero la Reina Arwen dijo:
—Yo te haré un regalo. Porque soy la hija de Elrond. No partiré con él
cuando se encamine a los Puertos porque mi elección es la de Lúthien, y como
ella he elegido a la vez lo dulce y lo amargo. Pero tú podrás partir en mi lugar,
Portador del Anillo, si cuando llegue la hora ése es tu deseo. Si los daños aún te
duelen, y si la carga aún te pesa en la memoria, podrás cruzar al Oeste, hasta que
todas tus heridas y pesares hayan cicatrizado. Pero ahora lleva esto en recuerdo
de Piedra de Elfo y de Estrella de la Tarde, que ya siempre serán parte de tu
vida.
Y quitándose una gema blanca como una estrella que le pendía sobre el