Page 109 - La Traición de Isengard
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y sobre él lanzaron un fuerte destino
          para que surcara los mares del viento
          y arribara a la luna brillante.[116]
          Desde las altas colinas del Anochecer Eterno,
          donde suaves caen los elevados manantiales,
          se marchó, una luz errante
          más allá del poderoso Muro de la Montaña; [112]  72
          y a la Noche Eterna llegó,
          y cayó como una estrella de fuego:
          sus jabalinas de diamante
          cayeron como el fuego en la noche.
          Ungoliant moraba allí
          entretejiendo hilos en su guarida;
          durante incontables años hiló en la lobreguez
          al Sol y a la Luna en la telaraña.[117]  80
          Su espada fue como un relámpago
          y golpeó con luz cegadora;
          le cercenó el pico envenenado,
          las ruidosas telarañas rompió con él.
          Entonces, brillando como una estrella,
          de los barrotes de la prisión huyó,
          y llevado por un viento fuerte
          escapó sobre alas ondeantes.       88
          Por fin llegó al Mediodía Eterno,
          y cruzó la colina de las llamas,
          donde fuentes de oro para Melineth
          los incansables trabajadores construyeron.
          Tenían ojos de fuego vivo,
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