Page 115 - La Traición de Isengard
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En las cuevas rocosas oyó el gemido
de las olas solitarias; allí rugía
el poderoso viento de Tarmenel.
Por senderos que rara vez recorre un mortal
cruelmente el bote lo llevó
con amargo aliento por mares grises
hace tiempo olvidados y peligrosos;
pasó del Este al Oeste. 32
Cruzando la Noche Eterna fue llevado
sobre oscuras aguas más allá del Día
vio que la Isla Solitaria se alzaba
donde el crepúsculo yace en la Bahía
de Valinor, del Hogar de los Elfos, [117]
y olas siempre espumosas rompen;
aterrizó sobre las playas élficas
de arena de plata y hebras de oro 40
bajo la Colina de Ilmarin,
donde brillan en un profundo valle
las luces de la alta Tirion,
la ciudad en el Lago de la Sombra.
Allí se demoró su errantería,
le enseñaron canciones, e historias
viejas, y maravillas le contaron,
y arpas de oro le trajeron. 48
De hechizos oyó historias,
y palabras de hechicería;
de guerras con el Enemigo hablaron
en las que se usó el veneno y el sigaldry.