Page 36 - La Traición de Isengard
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—Creo, Bilbo —dijo con calma—, que yo lo dejaría con él. ¿No es lo que
deseas?
—Bueno, sí… sin embargo, me resulta algo difícil separarme de él. ¿Por qué
quieres que lo deje? —preguntó, y un curioso tono de sospecha surgió en su voz
—. Últimamente, siempre estás preocupándote por él, pero nunca me fastidiaste
con las otras cosas que traje del viaje.
—Los anillos mágicos son… bueno, mágicos —contestó Gandalf—. Y hoy en
día, no son muy corrientes. Digamos que estoy profesionalmente interesado en tu
anillo, y me gustaría saber por dónde anda. Y también pienso que lo has tenido
bastante. Ya no lo necesitarás, Bilbo, a menos que yo me equivoque.
—Oh, muy bien —dijo Bilbo—. Sería un alivio, en cierto modo, no tener que
preocuparme más. Me ha obsesionado en los últimos tiempos. A veces me
parecía un ojo que me miraba. [24] Siempre tenía ganas de ponérmelo y
desaparecer, ¿sabes?, y luego quería sacármelo, temiendo que fuera peligroso.
Traté de guardarlo bajo llave, pero me di cuenta de que no podía descansar si no
lo tenía en el bolsillo. No sé por qué. ¡Bueno! Y ahora tengo que partir, o alguien
me pescará. Ya he dicho adiós y no podría empezar otra vez.
Recogió la maleta y fue hacia la puerta.
—Todavía tienes el anillo en el bolsillo —dijo el mago.
—¡Sí lo tengo, y mi testamento y todos los otros documentos también! —gritó
Bilbo—. Es mejor que te los dé a ti para que se los entregues a Frodo. Será lo más
seguro.
Alargó el sobre, y justo cuando Gandalf lo iba a tomar, la mano de Bilbo
tembló y el paquete cayó al suelo. Rápido como un relámpago, el mago se
agachó y lo recogió antes de que Bilbo pudiera hacerlo. Una expresión extraña,
casi de ira, pasó por la cara del hobbit. De repente, se transformó en un gesto de
alivio y en una sonrisa.
—¡Bien, ya está! —comentó—. Ahora sí, ¡me voy!
Desde este punto, la revisión lleva a la narrativa casi hasta la forma final. Los
enanos, que ahora son tres y no tienen nombre, desempeñan sólo el mismo papel
que en CA; y cuando Frodo regresa a Bolsón [27] Cerrado, encuentra a Gandalf
sentado en la penumbra, momento en el cual sigue la conversación entre ellos en
CA (p. 56). Una de las diferencias insignificantes que quedan, pero
característicamente sutil, es que no se menciona, en el pasaje que se acaba de
citar, que cuando el sobre cayó al suelo, Gandalf « lo puso en su lugar» sobre la
repisa de la chimenea; y ahora Gandalf le dice a Frodo: « Dejó un paquete para
ti. ¡Aquí está!» . Entonces, Frodo tomó el sobre de la mano del mago. En CA,
Gandalf se lo señala en la repisa de la chimenea; él no esperaría sentado a Frodo
con el sobre conteniendo el Anillo en su mano.
Una vez más, la lista de los legados etiquetados de Bilbo cambia (véase RS