Page 40 - La Traición de Isengard
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Soberano y su historia (para el texto tal como se había desarrollado a través de
      las tres versiones anteriores, véase RS 103-104, 322-328, 397-399): casi toda esta
      parte  del  capítulo  está  constituida  por  páginas  sacadas  del  manuscrito  de  la
      « tercera  etapa»   (véase  p.  24).  Sin  embargo,  antes  de  que  se  completara  la
      nueva versión del capítulo (véase nota 33), mi padre cambió el nombre original
      de Gollum de Dígol (por Deagol) a Smeagol, e introdujo un anexo que contaba la
      historia de Deagol y su asesinato: [31]
        Tenía un amigo, Deagol, muy parecido, aunque de mirada más aguda, y no
      tan  fuerte  y  rápido.  Vagabundeaban  juntos  cuando,  en  el  barro  de  una  de  las
      márgenes,  bajo  las  retorcidas  raíces  de  un  antiguo  árbol-espino, [27]   Deagol
      encontró  el  Anillo.  Smeagol  se  le  acercó  por  detrás,  justo  cuando  se  estaba
      quitando el barro y el Anillo brillaba con destellos amarillos.
        —Dámelo, Deagol, mi querido —dijo Smeagol por sobre el hombro de su
      amigo.
        —¿Por qué?
        —Porque es mi cumpleaños…
      El resto del texto insertado es, virtualmente palabra por palabra, como en CA (p.
      80). Para esta nueva historia, véanse pp. 35-36.
        Una  reescritura  muy  importante  comienza  de  nuevo  con  la  discusión  de
      Gandalf de los motivos de Gollum (CA pp. 81-87; para las versiones anteriores,
      véase RS 105-106, 327-328, 398-400). Aquí hay más de un borrador precediendo
      el  nuevo  manuscrito  B,  y  la  relación  entre  estos  textos  no  es  del  todo  clara,
      aunque  difieren  principalmente  sólo  en  la  colocación  de  ciertos  elementos.
      Transcribo este pasaje en la forma de B, con algunas variantes de los borradores
      A registradas en las notas.
        —¡Gollum! —exclamó Frodo—. ¿Quieres decir que es el mismo Gollum que
      Bilbo encontró? ¿Es ésa su historia? ¡Qué espanto!
        —Me parece que es una historia triste —dijo el mago—, que podría haberle
      sucedido a otros, aun a algunos hobbits que he conocido.
        —No puedo creer que Gollum estuviera emparentado con los hobbits, ni de
      lejos —dijo Frodo, acalorado—. ¡Qué abominable idea!
        —De todos modos es verdad —replicó Gandalf—. Hasta la historia de Bilbo
      lo sugiere; y en parte explica los acontecimientos tan curiosos. En el fondo de los
      pensamientos y la memoria tenían muchas cosas parecidas: Bilbo y Gollum se
      entendían  de  modo  notable  (si  lo  piensas),  mucho  mejor  de  lo  que  un  hobbit
      jamás  ha  entendido  a  los  enanos,  trasgos  o  hasta  a  los  elfos.  ¡Piensa  para
      empezar en los enigmas que los dos conocían! [32]
        —Pero ¿por qué Gollum inició el juego de los acertijos o llegó a pensar en
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