Page 20 - Capacidades Locales para la Conservación
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Capacidades Locales para la Conservación  de cultivos nativos en cinco Provincias de la Región Cusco




               4.2.2. Conocimientos


                      Es la acción sobre el mundo y no la contemplación la que provoca el conocimiento.
                      El conocimiento presupone entonces una suerte de puente entre un sujeto cognoscente y un objeto a conocer, y el
                      saber viene a ser la administración de este conocimiento obtenido (Rengifo V. G. 1992).

               4.2.3. Conocimientos Tradicionales

                      Se denomina como “Conocimientos Tradicionales” a aquellos que poseen los indígenas, afroamericanos y
                      comunidades locales transmitidos de generación en generación, habitualmente de manera oral y desarrollada al
                      margen del sistema de educación formal. Es relevante su doble característica en el seno de las culturas indígenas,
                      por un lado, por su antigüedad, y por otro lado, por su actualidad. Es decir que se tratan de conocimientos
                      dinámicos que se encuentran en constante proceso de adaptación, basados en un cuerpo sólido de valores y
                      bagajes míticos profundamente enraizados en la vida cotidiana de los pueblos indígenas. Los conocimientos
                      tradicionales no son estáticos, sino al contrario, se encuentran en constante proceso de innovación y se adaptan
                      a cambios dependiendo el medio en donde interactúan los pueblos indígenas (De La Cruz. R.- Quito,
                      1999).


                      …La información sobre la conservación de las especies que circula en la vida campesina,  es chacarera. No
                      existe un momento separado de la vida cotidiana para informarse sobre la conservación de las semillas. Hay que
                      entender que la agricultura andina es un modo de vida, y no un medio para ganarse la vida.


                      La agricultura chacarera biodiversa es un modo de vida. La crianza de la biodiversidad es un modo de vida
                      completa y sustentable, con sus propias características, muy diferente del modo de vida urbano industrial que se
                      asocia crecientemente con la globalización y la crisis social y la crisis ecológica actuales (Rengifo Vásquez,
                      G. PRATEC, 2004).


                      Así mismo, la crianza y conservación de los cultivos nativos en los andes, es importante,  la
                      diversidad y la variabilidad de cultivos  y la felicidad de hombres y mujeres agricultoras está
                      en contar con cultivos diversos, y con una oferta alimentaria diversa, de alto valor nutritivo y
                      producción ecológica, fruto de sus prácticas heredadas y acumuladas de muchas generaciones.

                      Dichas especies crecen  en un amplio  intervalo  de  condiciones ecológicas, mostrando
                      capacidad de sobrevivir a las sequías, inundaciones, calor y frío extremos. Como resultado
                      de haberse adaptado a condiciones extremas, adquiriendo al mismo tiempo resistencias a
                      estreses ambientales, a plagas y enfermedades que les causan tanto daño.

                      …La principal estrategia empleada para enfrentar a los efectos de la diversidad ambiental, sea ésta espacial o
                      temporal, es enfrentarla con otro tipo de diversidades: la genética y la tecnológica. Esto significa que para cada
                      condición de suelo o de clima deben existir alternativas de genotipo y de técnicas de manejo. Así por ejemplo,
                      condiciones de poco drenaje del suelo o exceso de precipitaciones requieren variedades de raíces superficiales y
                      de gran área foliar que permita la compensación de los excesos de agua absorbida con la mayor transpiración;
                      por otro lado, el diseño de labranza debe ser adecuado, con surcos de fuerte pendiente y aporques altos. Bajo
                      la misma lógica, para zonas y años secos y suelos arenosos, la estructura de la planta debe ser diferente, de
                      raíces profundas y ramificadas, follaje menudo y coriáceo y el manejo de suelo orientado a la mayor captación y
                      retención posible de agua (Blanco, O. 1993).







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