Page 82 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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«Soy un dios como el que os enseño:

            Tengo el cielo estrellado por cabeza y por tronco, el mar;
            La tierra me sirve de pies; los oídos, de conductos de aire,

            Y los rayos brillantes del sol son mis ojos».



       Se han hecho varios intentos infructuosos de averiguar la etimología de la palabra

  «Serapis». Godfrey Higgins destaca que soros era el nombre que daban los egipcios a

  un  ataúd  de  piedra  y  Apis  era  la  encarnación  de  Osiris  en  el  toro  sagrado.  Al
  combinarse las dos palabras el resultado era «Soros-Apis» o «Sor-Apis», «la tumba

  del  toro».  Sin  embargo,  es  poco  probable  que  los  egipcios  adoraran  un  ataúd  con

  forma de hombre.
       Varios  autores  antiguos,  incluido  Macrobio,  han  afirmado  que  Serapis  era  un

  nombre del Sol, porque su imagen a menudo tenía un halo de luz en torno a la cabeza.

  En su Oration Upon the Sovereign Sun, Juliano habla del dios con estas palabras:«Un
  Júpiter,  un  Plutón,  un  Sol  es  Serapis».  En  hebreo,  Serapis  se  dice  Saraph,  que

  significa «brillar». Por este motivo, los judíos designaban así a una de sus jerarquías

  de seres espirituales: los Serafim.

       Sin embargo, la teoría más común sobre el origen del nombre Serapis es aquella
  que la considera una derivación de la combinación Osiris-Apis. Hubo una época en la

  que los egipcios creían que los muertos eran absorbidos en la naturaleza de Osiris, el

  dios de los muertos. Aunque existe una similitud notoria entre Osiris-Apis y Serapis,

  la teoría propuesta por los egiptólogos de que Serapis no es más que un nombre dado
  a Apis, el toro sagrado de Egipto, después de muerto, resulta insostenible, si tenemos

  en  cuenta  la  sabiduría  trascendente  de  los  sacerdotes  egipcios,  que,  con  toda

  probabilidad, usaban al dios para simbolizar el alma del mundo (anima mundi).  El
  cuerpo material de la naturaleza se llamaba Apis y el alma que escapaba del cuerpo al

  morir pero estaba enredada con la forma durante la vida física se denominaba Serapi.

       C. W. King opina que Serapis era una divinidad de extracción brahmánica y que

  su nombre es la forma helenizada de Seradah o Sri-pa, dos títulos que se atribuyen a
  Yama,  el  dios  hindú  de  la  muerte.  Parece  razonable,  sobre  todo  porque  hay  una

  leyenda según la cual Serapis, en forma de toro, fue transportado por Baco de India a

  Egipto. La prioridad de los Misterios hindúes confirma aún más esta teoría.

       Se sugieren otros significados de la palabra «Serapis», como «el toro sagrado», «el
  sol en Tauro», «el alma de Osiris», «la serpiente sagrada» y «la retirada del toro». Esta

  última apelación hace referencia a la ceremonia de ahogar al Apis sagrado en aguas

  del Nilo cada veinticinco años.
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