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ellos y, a la vez, nos pone contentos el interés de otras personas. Y ni hablar de los
nietos. Aún no llegaron, pero esperamos ese día. ¿Cuántas fotos de nietos te han
mostrado? Los abuelos, cuando hablan de sus nietos, no pueden esconder su alegría
y satisfacción. Creo que estas reacciones son normales y sanas. La reproducción es algo
importantísimo.

En el ámbito espiritual es igual. Creo que es claro, beneficioso y significativo mostrar la
necesidad de reproducirnos. Lo que no se reproduce, al tiempo muere. Entonces no debería
molestarnos que nos pregunten y mencionar a otros qué estamos haciendo para extender el
reino de Dios.

La multiplicación de iglesias debe ser una prioridad. Hechos 14 presenta el primer
principio estratégico.

Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos, volvieron
a Listra, a Iconio y a Antioquía, confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a
que permaneciesen en la fe, y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones
entremos en el reino de Dios. Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con
ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído. –Hechos 14:21-23

En el ministerio mencionado en el libro de Hechos, vemos que el inicio de nuevas
iglesias no fue traumático ni antinatural. No era algo raro o único. No fue forzado por
las circunstancias. El inicio de iglesias fue algo natural, al igual como se teje la vida,
sucedió normalmente. Pablo nunca evangelizó, ni discipuló, sin iniciar iglesias.

Por décadas los expositores bíblicos trataron de encontrar las claves para el ministe-
rio en el libro de Hechos. Concluyeron que fue la enseñanza bíblica, el evangelismo,
el compañerismo, el discipulado y la adoración. Y así fue, pero luego ignoraron el
inicio de iglesias como parte esencial del ministerio de la iglesia del primer siglo.

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