Page 74 - WORLD WC Antes de la Tormenta
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Él sabía por dónde podrían esperar. Podía sentir la respuesta dentro de su abrigo,
           junto a su corazón en donde había colocado la pequeña y preciosa pieza de Azerita. Por

           un momento dudó, mirando los rostros de los renegados, trolls y tauren que giraban hacia
           ellos. Rostros de la Horda. ¿Eran confiables?


                    Hizo la pregunta de la Luz y de su propio cuerpo.


                    Anduin había sido gravemente herido cuando Garrosh Hellscream hizo que un
           enorme artefacto conocido como la Campana Divina cayera sobre él en Pandaria. Desde

           ese momento, sus huesos dolían siempre que estaba en el camino incorrecto (cuando
           estaba siendo cruel, irreflexivo o cortejando al peligro).


                    En ese momento no había dolor en su cuerpo. De hecho, se sentía mejor de lo que
           había hecho en mucho tiempo. ¿Era el Templo de la Luz Abisal o la pieza de Azerita lo
           que lo llenaban de calma?


                    No lo sabían. Pero estaba seguro de que ambas eran buenas influencias.


                    Además, la propia Azeroth les había pedido su ayuda.


                    Anduin  dio  un  paso  al  frente,  levantando  las  manos  para  silenciar  a  la
           muchedumbre que comenzaba a sentirse ansiosa.


                    —¡Hermanos y hermanas, escúchenme, por favor!


                    Guardaron silencio, sus rostros tan diferentes voltearon a verlo con expresiones
           exquisitas y hermosamente similares de preocupación y deseo de ayudar. Y él confiaba
           en ellos, esos sacerdotes cuyos pueblos le debían fidelidad a la Horda. Les permitió tocar
           la Azerita, observando sus reacciones.


                    —Magni  alguna  vez  fue  un  enano,  el  padre  de  los  sacerdotes  —dijo  Anduin

           mientras cada uno de ellos tomaba el pequeño ítem—. Tiene sentido que él se convirtiera
           en el primero de nuestra orden. Estoy seguro de que hay algo que nosotros podemos hacer
           en  algún  punto,  pero  primero  necesitamos  investigar.  Preguntar.  Y  mientras  tanto,

           debemos buscar a otra clase de sanadores. Chamanes. Druidas. Todos aquellos que tengan
           lazos más cercanos con la tierra y los seres vivos que nosotros.


                    Anduin hizo una pausa, mirando alrededor del gran salón. Se preguntaba cómo se
           vería el equivalente druida o chamán. Sin duda sería hermoso y perfecto para ellos, pues
           ese templo era para el Cónclave.


                    —Muy pronto viajaré a Teldrassil por mi cuenta —se corrigió—. No. No muy
           pronto,  al  amanecer.  —Deseó  haber  podido  pasar  más  tiempo  en  Ironforge.  Quería

           reunirse con Mekkatorque y su gente y agradecerles por su contribución de cerebros y



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