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CAPÍTULO DIEZ






                                           DALARAN








                    Cuando se sentía inquieto, Kalecgos, el antiguo Dragón Aspecto del vuelo azul


           y miembro presente del Consejo de los Seis del Kirin Tor, le gustaba caminar entre las
           calles  de  su  ciudad  adoptiva.  Atendía,  de  forma  responsable  y  confiable,  las

           preocupaciones y problemas en el día (cuando necesitaba estar presente para ayudar a
           resolver un problema espinoso o sugerir métodos antiguos que el consejo podría no haber
           investigado). No obstante, en las tardes, sus problemas y preocupaciones eran propios.


                    Los dragones solían adoptar formas de miembros de razas menores. Alexstrasza
           la  Protectora  aparecía  como  un  elfo  noble.  Chronormu,  uno  de  los  más  importantes

           investigadores del  tiempo dragones  de  bronce, se  decantaba por  disfrazarse como  un
           gnomo conocido como “Cromi”. Kalecgos hacía tiempo que se había asentado por el
           rostro y el cuerpo de un mitad humano, mitad elfo varón. Nunca estuvo seguro de la razón.

           Ciertamente no era porque lo ayudaba a pasar desapercibido: no había muchos medio
           elfos por ahí.


                    Había decidido que esa forma le gustaba porque representaba la mezcla de dos
           mundos. Porque él, “Kalec”, también sentía que era la mezcla de dos mundos: el del
           dragón y el del humano.


                    Kalec siempre se sintió atraído y protector de las razas menores. Como al gran

           dragón rojo Korialstrasz, quien había dado su vida para salvar a otros, a él le gustaban los
           humanos. Y a diferencia de Korialstrasz, quien hasta su último aliento había sido fiel a su
           adorada Alexstrasza, Kalec había amado a los humanos.


                    Dos, de hecho. Dos fuertes, valientes y gentiles mujeres. Las había amado y las
           había perdido a ambas. Anveena Teague —quien al final se dio cuenta que no era una

           verdadera  humana  después  de  todo—  se  había  sacrificado  para  que  ese  demonio



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