Page 18 - 100 años P. Cándido
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Él es un modelo de vida consagrada, pues dedicó muchos años de su vida a esta vocación. Él se nota-
ba sumamente identificado con la vida consagrada y con el carisma amigoniano. Fue muy amante del P.
Fundador, fue una persona que había entregado toda su vida en tareas heroicas, que supo responder a los
tiempos.”
La verdad es que para mí, y para ésta provincia, el desprenderse de él ya fue, en definitiva, una pri-
mera antesala de la separación después de la muerte. Lo demás lo viví como una consecuencia de ello.
Por José Peñaloza
Por Alan Palencia
P. Luis Fernando Vargas
Terciario Capuchino
“No le gustaba que hiciéramos ruido en la capilla”
El P. Cándido para mí ha sido una gran persona, un gran sacerdote. Lo tuve como Superior en el Se-
minario, cuando era novicio. Fue muy cercano, asequible, recto, en todo lo que hacía y decía. Poseía una
serenidad que lo inspiraba a uno.
Yo conocí al P. Cándido, cuando ingresé a la Congregación en el Seminario P. Luis Amigó de Costa Ri-
ca, en enero del año 1984. Él era el Superior. Tuvimos mucha amistad y cariño. Compartí dos años con él.
Además, fui despensero de la casa y como él era el administrador, tenía que salir a hacer comprar con él.
Verlo como el padre mayor, inspiraba respeto, pero además por lo que su persona había sido. Recuerdo
también, la cercanía que tuvo con mi familia. En varias ocasiones les visitó y por su afabilidad no había
manera de escaparse de la amistad de él.
Cuando yo tenía que ir a hacer todas las compras de la despensa junto a él, siempre me decía -
“Mira, trata de no gastar mucho, cuida de todo esto y no dejes que el padre maestro no meta la mano”. La
mejor experiencia fue haberle acompañado a hacer las compras, porque él siempre cuidó de que nada se
desperdiciara, sino, que todo se aprovechara. No nos faltaba nada, siempre tuvimos lo necesario.
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