Page 39 - Orestiada. Agamenón. Las Coéforas. Las Euménides
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ESTUDIO PRELIMINAR
Ahora bien, no obstante su actuar atroz, Atreo no había sacia-
do su venganza y preparó a los niños como alimento que le dio
en un banquete a su hermano. Así, Tiestes, sin saberlo, se comía
felizmente a sus propios hijos, hasta que su hermano, Atreo, le re-
veló, mostrándole las cabezas de sus hijos, lo que había preparado
como comida. El infeliz Tiestes huyó y encontró nuevo refugio en
Sición, donde con Pelopia, su propia hija, engendró a Egisto por
consejo de un oráculo. Como se puede observar, en esta parte del
mito se halla una analogía con el banquete que Tántalo ofreció
originalmente a los Olímpicos. El relato primigenio se reproduce
dentro de la misma saga; desde una perspectiva amplia, el destino
se configura a partir de que los descendientes arrastran consigo el
error de origen y lo llevan a cabo nuevamente, como si se tratara
de un rito que asegura la desgracia cifrada en toda la descenden-
cia, en el que uno de los miembros de la familia se convierte en
el objeto de un sacrificio impío. Hay un mecanismo narrativo en
la secuencia de los tópicos de esta saga mitológica que devela el
sacrificio, la traición y la venganza en el interior de la familia que
se origina en la analogía de un ritual simbolizado en la comida
preparada con el cuerpo de un pariente. Sin embargo, entre el
sacrificio de Tántalo y el de Atreo hay una diferencia significativa:
en el primer caso se trata de un ofrecimiento ritual a los dioses, no
obstante su carácter improcedente, pues los dioses griegos no ape-
tecen de tal sacrificio; en el segundo, se plasma una venganza llana
y directa, una afrenta terrible porque no se trata sólo del sacrificio
humano de un sujeto a otro, sino que la sustancia del sacrificio es
revelar la magnitud del error y de los actos impíos en la búsqueda de la venganza
y del poder.
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