Page 179 - Historia de la civilización peruana contemplada en sus tres etapas clásicas de Tiahuanaco, Hattun Colla y el Cuzco, precedida de un ensayo de determinación de "la ley de translación" de las civilizaciones americanas
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    plantas  y  semillas exóticas enviadas a buscar en lejanas comarcas,
    durante los reinados de los Faraones.
        El capac de las sociedades andinas fue,  si hemos de decirlo
    en menos palabras, el ricohombre de la España goda,  y  el richard
    de tierras normandas  y  francas.
        El concepto de la riqueza agrícola  y  ganadera en las antiguas
    sociedades, parece haber sido inseparable del concepto del ejer-
    cicio del concejo  y  del mando.
        En ellas opinó, en asuntos de interés público,  y  mandó por
    el consentimiento tácito de las masas, el que tuvo , el que poseyó,
    el “capac”.
        Fue éste uno a modo de primer capítulo del código de las
    clases llamadas conservadoras, así en el antiguo Perú como en las
    naciones antiguas  y  modernas del mundo europeo.
        Hijodalgo o hidalgo, de no proceder como algunos opinan, de
    itálicus, que fué el que en la España conquistada por Roma gozó
    de las preeminencias de la ciudadanía itálica o romana, significó
    el que poseyó algo, en el renglón de tierras, de siervos  y  de ga-
    nados.
        Procer ha debido significar, en su origen, hombre de pro;
    hombre de proporciones, o propietario por excelencia.
        Reischtag, aparentemente, deriva de reicli  rico  ; y  ha debido
    significar en su origen el ayuntamiento de los terratenientes, o de
    los señores territoriales.
        Parece ser que las gentes collolupacas, de cuyo tronco ances-
    tral fueron rama los capaes que tomaron la iniciativa de la fun-
    dación del imperio peruano,  y  vinieron en adoptar el nombre de
    hijos del sol, bajaron, en época inmemorial, a fundar colonias pro-
    ductoras de maíz en tierras de Tacna  y  Moquegua, dejando en re-
    henes al ausentarse de la órbita del lago maternal, en poder de
    sus hermanos mayorazgos, “los muertos sentados’’ de sus propias
    estirpes, que fué la manera cómo se mantuvieron tangibles los la-
    zos de sangre  y  dependencias de los aillos sedentarios andinos con
    los aillos mitmas, o trashumantes, sometidos a la mita de la emi-
    gración.
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