Page 209 - Vive Peligrosamente
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una escuela de agentes afectos a la Sección VI que, más tarde, habrían de
ser empleados para los distintos servicios.
Pasé dos semanas instruyéndome detenidamente. Confieso que todo lo
que me fue explicado por los diferentes Jefes de grupo era
extraordinariamente interesante. Igualmente me di cuenta de que aquella
nueva modalidad de lucha tenía más importancia de lo que en un principio
supuse.
Los hombres que debía yo mandar y dirigir se estaban preparando para
poder cumplir las futuras misiones que se les encomendaran; debían estar
dispuestos en breve espacio de tiempo.
Las zonas petrolíferas del Irán habían sido ocupadas por las tropas
inglesas poco tiempo después de haberse iniciado la guerra. El norte de
dicho país estaba celosamente guardado por las tropas rusas. Los trenes
persas transportaban tropas aliadas, cuya misión era la de ayudar a los
soviéticos como consecuencia de la entrada en la guerra de los Estados
Unidos, en declaración hecha pública el 11 de diciembre de 1941. Ello
llevó aparejada la decisión de los Estados Unidos de facilitar poderosa
ayuda a la Unión Soviética, destinando grandes cantidades de material
bélico al frente del Este.
Esta circunstancia se me había pasado por alto y sólo aprecié su
importancia cuando pude leer las cifras que reflejaban las cantidades de
material expedido. El significado que tenía la entrada en la guerra de
Norteamérica no fue suficientemente tenido en cuenta por nosotros, los
soldados, que nos limitábamos a cumplir con nuestro deber en los frentes
del Este.
Pero desde mi nuevo puesto tuve ocasión de comprobar su gran
importancia, al mismo tiempo que comprendía que no teníamos más
remedio que desbaratar los planes que preparaba el enemigo en su
retaguardia, lo que podría hacerse provocando en Irán algunos disturbios,
fáciles en aquel país tan inquieto políticamente.
Fueron formadas varias unidades alemanas, cuya misión era la de armar
a los kashgais y a otras tribus similares, a las que debía también enseñarse
el manejo de nuestras armas de fuego e instruir en las tácticas de combate.
Se trazaron planes para que las tribus iraníes quedasen a las órdenes de
mandos alemanes que, a su vez, tenían la misión de atacar, para
sabotearlos, los puntos claves.
Una veintena de hombres del "Sonderlehrganges" –nombre que se dio a
mi grupo militar–, aprendían, ya desde meses antes, el idioma persa con