Page 213 - Vive Peligrosamente
P. 213

el  material que precisaban para completar su trabajo. Además,  teníamos
          que hacer frente a la  falta de los  medios de transporte que nos eran
          imprescindibles, como los    "Ju–290", que debían hacer los lanzamientos
          de paracaidistas y material.
            Fue formado un nuevo grupo de seis soldados, colocados a las órdenes
          de un oficial de la "Oranienburg". Pero nos enteramos de que la expedición
          no llegó a realizarse –de lo que nos alegramos más tarde–, a causa de una
          avería en el avión que debía de haberlos transportado.
            Un colaborador alemán, que estaba en Teherán, tras haber pasado un
          sinfín de vicisitudes, consiguió refugiarse en Turquía. Desde allí pudo
          informamos  a tiempo que había sido descubierto nuestro "cuartel" de
          Teherán y que todos nuestros colaboradores estaban arrestados. El había
          sido el único en poder escapar.
            Aquel suceso nos cerró la posibilidad de poder lanzar un nuevo grupo.
          Y la operación, momentáneamente, fue suspendida. Pocas semanas  más
          tarde, las tribus decidieron cesar sus luchas. Pero facilitaron a los soldados
          alemanes la oportunidad de poder escapar con ellos. Pero como nuestros
          hombres no conocían el idioma, no pudieron refugiarse en el país neutral
          que era Turquía, el más cercano. Y, por ello, las tribus se vieron obligadas a
          entregar nuestros hombres a los ingleses. Uno de nuestros oficiales decidió
          quitarse la vida al verse en una situación tal comprometida. El resto de
          nuestros comandos pasaron varios años de cautiverio en Oriente hasta que,
          en 1948, fueron repatriados a Alemania.
            Por aquel entonces me dediqué a otras misiones de gran importancia. El
          departamento técnico de la VI Sección del Servicio Secreto  me  mostró
          varios planos de las instalaciones industriales de la Unión Soviética,
          especialmente de los territorios de los Urales. Como no podíamos saber
          nada sobre ellos por medio de las revistas y de los periódicos, aquella gran
          colección de planos de las citadas riquísimas zonas causó en mí un gran
          efecto. El nombre en clave "Operación Ulm" señalaba la forma de atacar y
          poner fuera de funcionamiento el importante complejo industrial de aquella
          región. Me di cuenta de que aquel importantísimo potencial del enemigo
          nos ayudaría a causarle grandes daños.
            Pero, antes de decidirme a aceptar la nueva  misión, estudié
          detenidamente los diversos medios de sabotaje. Durante el tiempo que pasé
          en Rusia,  me di cuenta de que se podía llegar a aprender mucho del
          enemigo si  uno se tomaba la  molestia de estudiar de cerca todos sus
   208   209   210   211   212   213   214   215   216   217   218