Page 217 - Vive Peligrosamente
P. 217
centro, pude darme cuenta de que contaba con muchos más medios de los
que fueron puestos a nuestra disposición en la propia Alemania. El mando
de la escuela lo tenía el coronel de la SD, Knolle, cosa que no me gustó,
pues tenía un grado superior al mío, a pesar de no contar con mi
experiencia militar.
La "escuela" había sido instalada en la antigua propiedad de un noble
holandés. En ella se instruía a los agentes extranjeros en el difícil arte del
paracaidismo y de toda clase de sabotajes.
Debo reconocer que ignoraba todo lo que aprendí en Holanda sobre las
diversas formas que tenía de actuar el enemigo, y que me enteré de ellas a
través de los diversos "dossiers" que estaban a la disposición de la Sección
III del Ministerio de Asuntos Exteriores y de la Policía de Seguridad. Fue la
primera vez que pude darme cuenta de la intensidad con que trabajaban los
ingleses en el amplísimo y vastísimo campo de la información secreta.
No pasaba noche sin que los rapidísimos aviones británicos volasen
sobre los territorios ocupados por nosotros, lanzando desde ellos gran
número de agentes perfectamente adiestrados, que tenían la misión de
realizar determinados actos de sabotaje o la de abastecer a sus
colaboradores de armas y municiones.
Las estadísticas daban constancia de que la mayoría de los agentes
secretos eran hechos prisioneros después de haber sido lanzados sobre
territorio enemigo. El material empleado por ellos, o bien lanzado desde los
aviones, caía en poder de nuestras tropas en un promedio del setenta y
cinco por ciento, lo que hacía que el enemigo nos prestase un "agradable"
servicio. ¡Un método muy fácil para recuperar nuestras cuantiosas
pérdidas...!
Pusieron a mi disposición una gran cantidad de instrucciones que habían
pertenecido a agentes secretos británicos. Su detenido estudio me dio la
oportunidad de comprobar que todavía nos quedaba muchísimo por
aprender. Lo que más me interesó, fueron los métodos empleados por los
ingleses para instruir a sus tropas especializadas. Hice gestiones que me
permitieron ampliar mis conocimientos al respecto, y no tardé mucho
tiempo en tener una visión completa de todo.
Conocíamos muy bien la "zona prohibida" de Escocia, donde estaban la
mayoría de los centros de instrucción del Servicio Secreto inglés. Incluso
contábamos con un mapa de la misma y con gran cantidad de datos
recopilados por nuestros propios agentes. Y los programas de instrucción,