Page 220 - Vive Peligrosamente
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de 1943. Me llenaron de entusiasmo las ventajas militares que podría
proporcionarnos la posesión de semejante invento. No cesaba de repetirme,
una y otra vez, que teníamos la posibilidad de salvar a muchos de nuestros
agentes si los equipábamos con tal clase de arma, puesto que si se veían
obligados a disparar contra el enemigo, no llamarían la atención como
consecuencia del ruido de los disparos. Estaba firmemente convencido de
que todos los soldados, tanto los que combatían en el frente como los que
tenían a su cargo el cumplimiento de misiones especiales, se sentirían
entusiasmados al poseer un arma semejante.
Pero... el Ministerio de Armamento de Berlín no compartía mis puntos
de vista. Sin embargo, no cejé en mi empeñó e hice una demostración
totalmente convincente, ante unos cuantos oficiales que ostentaban altos
cargos y estaban conmigo en "Friedenthal", mi nuevo campo de
entrenamiento. Les hice andar unos cuantos pasos delante de mí; ordené a
un soldado disparase al aire una carga completa, y los señores oficiales se
sintieron muy sorprendidos cuando les mostré los cartuchos vacíos sobre el
suelo. No obstante, me pusieron innumerables objeciones, afirmando que el
silenciador frenaba la fuerza del impacto y limitaba las posibilidades de
lograr un blanco certero.
Pero no me di por vencido. Conseguí ser escuchado en ciertas esferas. Y
ellas me ayudaron a proponer se iniciara la fabricación del "Sten–MPI" y
fuera incluido en los armamentos del ejército alemán. Esta arma era tan
eficaz que, incluso, se la podía tirar en un montón de tierra sin que ello
impidiera pudiese seguir disparando igual que antes. ¡Lo que no sucedía
con nuestras ametralladoras! Además, su fabricación costaba una décima
parte de lo que habían costado las perfeccionadísimas armas alemanas. Pero
el "sacro burocratismo" volvió a poner sus acostumbradas objeciones.
Hasta se llegó a mencionar a Hitler, lo que me hizo recordar que el Führer
solía decir:
"Los soldados alemanes sólo lucharán con las armas más perfectas que
se hayan fabricado hasta el presente".
Y precisamente a tal frase se agarraron los burócratas para echar por
tierra nuestros planes. No puedo negar que la ametralladora inglesa no era
tan buena como las nuestras. Sin embargo, tampoco podía pasar por alto
que el "MPI" tenía una corta trayectoria de tiro y que a ningún soldado se le
habría ocurrido hacer blanco con ella a larga distancia.
El "MPI" me recordaba las pistolas automáticas rusas, usadas por los
soviéticos desde 1941 y que tan apreciadas eran por nosotros cuando