Page 70 - Vive Peligrosamente
P. 70

con sus alegres ritmos, nos llamaba? ¿No teníamos derecho a prescindir de
          nubarrones para recrearnos en la contemplación de las brillantes estrellas
          que tachonaban el cielo estival?
            Habríamos conseguido  olvidarnos  de todo si no nos hubiésemos
          enterado de que los turistas ingleses  habían sido  " invitados"  por sus
          consulados a que regresaran a la patria. Pero ellos no podían comprender
          que la crisis de Dantzig repercutiese  sobre su nación. Querían que los
          políticos mundiales resolvieran sus disputas y les  evitaran repercusiones
          desagradables.
            El "Pacto de no agresión", firmado a la sazón por la Unión Soviética y
          Alemania, representó una enorme sorpresa para el pueblo alemán, ya que
          no ignoraba  que las ideologías de los dos países  eran diametralmente
          opuestas. Por las declaraciones de los dirigentes podía colegirse que ambos
          Estados no  consideraban sus respectivas ideologías como "artículos de
          exportación". Por ello intentaban que el reconocimiento de sus respectivos
          puntos de vista pusiera término a la desagradable propaganda que se había
          hecho en torno a ellos, y que había creado un clima negativo relacionado
          con las posibles relaciones amistosas entre ambos pueblos. Nos  pareció,
          también, que el citado pacto nos aseguraba la paz con el Este. Todo esto
          planteaba una cuestión: "¿Es que no podía ser considerado este hecho como
          un nuevo éxito, tal vez  el  mayor de todos, de la política exterior de
          Alemania?".
            A pesar de nuestro optimismo, no podíamos pasar por alto la posibilidad
          de un estallido,  de una  guerra, entre Alemania y  Polonia. Aquello cayó
          como un mazazo en nuestro agradable ambiente veraniego. Todos
          acariciábamos la esperanza de que el conflicto quedase localizado y que se
          resolviera rápidamente, si ello era posible.
            Los turistas ingleses y franceses se apresuraron a regresar a  sus
          respectivas  naciones, sintiéndose muy intranquilos. De pronto, se
          convirtieron en gentes taciturnas, preocupadas por sus asuntos personales y
          por la influencia que pudieran tener  sobre ellos las repercusiones de la
          política. Nosotros hicimos todo lo  posible para tranquilizarles; pero nos
          dimos cuenta dé que ya no nos miraban como antes.
            Habíamos frecuentado su trato, nos  habíamos divertido juntos.  Y, de
          pronto, nos miraban como posibles enemigos de los que debían desconfiar.
          Nosotros veíamos que los pueblos del mundo se sentían felices al reunirse,
          e, incluso, que podían llegar a comportarse como hermanos. ¿Por qué
   65   66   67   68   69   70   71   72   73   74   75