Page 19 - El Misterio de Belicena Villca
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LIBRO SEGUNDO
“La Carta de Belicena Villca”
Dr. Arturo Siegnagel:
Ante todo deseo agradecer cuanto hizo Ud. por mí durante este largo año
en que he sido su paciente. Sé que muchas veces su bondad le ha llevado a
sobrepasar los límites de la mera responsabilidad profesional y me ha dedicado
más tiempo y cuidados de los que sin dudas merecía mi condición de alienada:
mucho se lo reconozco, Dr., mas, como comprenderá al leer esta carta, mi
recuperación era prácticamente imposible. De cualquier manera, la Diosa Pyrena
sabrá recompensar justamente sus esfuerzos.
Seguramente, cuando esta carta llegue a sus manos, yo estaré muerta:
Ellos no perdonan y Nosotros no pedimos clemencia. Esta posibilidad no me
preocupa, ya que la Muerte es, en nuestro caso, sólo una ilusión, pero entiendo
que para Ud. la ausencia será real y por eso he decidido escribirle. Soy
consciente de que no me creerá por anticipado y es así que me tomé el
atrevimiento de enviarle la presente a su domicilio de Cerrillos. Se preguntará
cómo lo hice: sobornando a una enfermera, quien obtuvo la dirección registrada
en el fichero administrativo y efectuó el despacho de la correspondencia. Le
ruego que olvide la falta de disciplina y no indague la identidad de la enfermera
pues, si muero, cosa probable, el miedo le hará cerrar la boca, y, por otra parte,
tenga presente que ella sólo cumplía con mi última voluntad. Ahora iré al grano,
Dr.: deseo solicitarle un favor postrero; mas, para ser justa con Ud., antes le
pondré en antecedentes de ciertos hechos. Creo que me ayudará, pues una
Voluntad, más poderosa que nosotros, le ha puesto en mi camino: quizás Ud.
también busca una respuesta sin saberlo, quizás en esta carta esté esa
respuesta.
Si ésto es así, o si ya se ha hecho Ud. consciente del Gran Engaño,
entonces lea con detenimiento lo que sigue pues allí encontrará algunas claves
para orientarse en el Camino de Regreso al Origen. He escrito pensando en Ud.
y fui clara hasta donde pude, pero descuento que me comprenderá pues lleva
visiblemente plasmado el Signo del Origen.
Comenzaré por informarle que soy de los últimos descendientes de un
antiguo linaje portador de un Secreto Mortal, un Secreto que fue guardado por mi
familia durante siglos y que corrió peligro de perderse para siempre cuando se
produjo la desaparición de mi hijo, Noyo Villca. Ahora no importa que los Golen
me asesinen pues el objetivo de mi Estrategia está cumplido: conseguí distraerlos
tras mis pasos mientras Noyo llevaba a cabo su misión. En verdad, él no fue
secuestrado sino que viajó hacia la Caverna de Parsifal, en la Provincia de
Córdoba, para transportar hasta allí la Espada Sabia de la Casa de Tharsis. Y yo
partí enseguida, en sentido contrario, con la consigna de cubrir la misión de Noyo
desviando sobre mí la persecución de los Golen. La Sabiduría Hiperbórea me
ayudó, aunque nada podría hacer al final contra el poder de sus diabólicas
drogas, una de las cuales me fue suministrada hábilmente en uno de los viajes
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