Page 314 - El Misterio de Belicena Villca
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refiere a la misión de Quiblón, el Gran Sacrificador. El iba a venir para
Anunciar la Gloria y la Victoria de Israel con la Sinarquía del Pueblo Elegido,
e iba a ofrecer tres pueblos en Holocausto a El Uno. La Sinarquía no podrá
concretarse por ahora debido a Vuestra resuelta acción, pero es posible
que en una Epoca no muy lejana el Enemigo envíe de todos modos a
Quiblón para forzar la marcha de la Historia: será entonces muy difícil
detenerlo. Sólo podréis intentar un ataque generalizado contra el Pueblo
Elegido, a cuya Raza El pertenecerá, mas lo más probable es que consiga
cumplir su misión. Pero ello no impedirá que se cumpla el Destino de Gloria
de la casa de Tharsis.
Señores de Tharsis: He dicho cuanto tenía que decir y no conviene,
por motivos estratégicos, agregar nada más. Os reitero el saludo de
Navután y me despido hasta la Batalla Final. O hasta que Vosotros
coincidais conmigo en otro kairos. ¡Gracia y Honor, Sangre de Tharsis! –les
deseó el Señor de Venus, en tanto levantaba el brazo derecho para expresar el
bala mudra.
–¡Salve, Capitán Kiev! –respondieron los Hombres de Piedra, practicando
también el bala mudra, que era el antiguo saludo secreto de la Casa de Tharsis.
Quincuagesimoprimer Día
Inmediatamente después del saludo, el Señor de Venus giró su cuerpo y
penetró por el iluminado vértice del ángulo recto, dejando tras de sí a los
Hombres de Piedra sumidos en profundas cavilaciones. El primero en reaccionar
fue el Noyo, quien observó que la Piedra había desaparecido junto con el Capitán
Kiev: mis antepasados, Dr. Siegnagel, pese a toda su Sabiduría Hiperbórea, no
alcanzaron a comprender en ese momento que la Piedra era el Señor de
Venus.
Al día siguiente, el Consejo de Familia decidió cumplir exactamente las
instrucciones recibidas.
Aquel Noble, que aceptó a Vrunalda como hija legítima, al morir no dejó
otros herederos para sus Señoríos austríacos que sus supuestos nietos. Los hijos
y nietos de estos, entre los cuales se contaban los doce presentes, cuidaban de
su patrimonio en el Este aunque sin abandonar la base familiar española de
Turdes. Ahora se radicarían todos en Austria, en tanto que los valentininos
abandonarían San Félix de Caramán para establecerse en España. A partir de
aquí, Dr. Siegnagel, me referiré solamente a la rama de los valentininos, de los
cuales desciendo, para continuar la historia. Sobre los vrunaldinos lo único que
comentaré es que cumplieron su cometido a la perfección: se hicieron fuertes en
Austria y cuando surgió el Emperador esperado, Rodolfo II Habsburgo,
constituyeron con la colaboración inestimable del inglés John Dee y siete familias
de la Nobleza alemana, la Sociedad Secreta Einherjar; tal Sociedad funcionó por
más de trescientos años en la más absoluta clandestinidad, adquiriendo sus
miembros la Más Alta Sabiduría Hiperbórea, tan Alta como jamás la poseyera
antes la Casa de Tharsis; en los siglos XIX y XX dieron nacimiento a varias
Ordenes externas que tenían por fin Anunciar a las masas de hombres dormidos
la próxima Venida del Gran Jefe de la Raza Blanca y localizar a éste para
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