Page 319 - El Misterio de Belicena Villca
P. 319
Sacerdotes católicos que se ocultaron convenientemente para no ser
ejecutados por los enfurecidos vikingos, decidieron partir “hacia el Valhala,
la Morada de los Dioses”.
Es que aquel pueblo de Sangre Pura, despertaba súbitamente a la
Sabiduría Hiperbórea que surge del Espíritu Eterno y se libraba del hechizo del
Pacto Cultural: se había trasmutado y sólo ansiaba partir hacia el Origen, sin
importar la índole del Enemigo que se interpusiera en su camino. En 1354 el
Rey de Noruega, Erik Magnusson, enterado de que la población de Groenlandia
“había retornado al paganismo” y “se preparaba a abandonar los
establecimientos”, envía su nave oficial “La Chirriante” al mando de Paul
Knutsson a fin de averiguar lo ocurrido. Viaja en la expedición el Obispo Golen
Arni, quien lleva la misión de “evangelizar” nuevamente a los colonos norreses:
pero en Groenlandia no encuentran absolutamente a nadie, a pesar de que Arni
los incita a explorar palmo a palmo la región hasta 1363, fecha en que fallece.
Desde ese momento varias serían las expediciones que los Reyes de Noruega
despacharían en los siguientes cien años para averiguar la suerte corrida por sus
súbditos e intentar repoblar las colonias abandonadas: tales intentos resultarían
inútiles, pues jamás se conseguiría saber lo ocurrido a los diez mil vikingos ni
habría quien quisiera habitar las fantasmagóricas ciudades
Empero, la acción de los vikingos de Groenlandia causaría una gran
preocupación a los Demonios de la Fraternidad Blanca, los que, desde su
Guarida en Chang Shambalá, impondrían a Quiblón la prueba de cerrar la
Puerta de Thule como medio de acceder al Más Alto Sacerdocio de la Orden de
Melquisedec. En 1486 Quiblón residía en Portugal, donde estudiaba las Artes
Ocultas y desempeñaba un puesto de cartógrafo en la Tesouraria del Rey. Ese
año el Rey Cristian de Dinamarca solicita a su primo, el Rey Alfonso V de
Portugal, “un muy buen piloto y cartógrafo para guiar a su próxima expedición a
Thule”, la cual tenía por fin “localizar a las colonias cristianas de quienes no se
tenía noticias desde hacía más de cien años”. Era la oportunidad esperada por
los Rabinos: las notables influencias que por entonces poseían los hebreos en la
corte portuguesa se ponen en juego para facilitar el nombramiento de Quiblón
como piloto del viaje a Groenlandia: lo consiguen fácilmente, figurando en la
cédula real como Johannes Scolvus. En 1477, pues, Quiblón se presenta frente
a las costas de Groenlandia, dispuesto a emplear toda su Ciencia, y su fe en el
Creador Uno, para cerrar la Puerta de Thule: tiene éxito en su misión, y la
Fratenidad Blanca, y la judeidad toda, comprenden que con Quiblón ha llegado a
la Tierra uno de los Más Altos Sacerdotes de la Historia, uno que será capaz de
hablar con el Verbo de Metatrón.
La expedición de Scolvus, Colón, no halló a nadie en Groenlandia en 1477.
Pero desde entonces la Puerta de Thule estará nuevamente cerrada. Es un
gran Mago Hebreo, quizá tan grande como Salomón, el que ha llegado hasta las
heladas tierras del Norte a cumplir el Ritual, a pronunciar las Palabras, a
expresar los Gestos. Era necesario que así fuera pues la Puerta fue forzada
por un bravo pueblo vikingo, de la más pura sangre hiperbórea, contra quienes
nada puede la magia de los Golen. Pues siempre ha sido así: los Golen han
dominado fácilmente a los celtas, iberos, ligures, vaskos, fenicios, cartagineses, y
hasta latinos, pero, tratándose de germanos, es necesario que los más grandes
Maestros de las artes infernales se ocupen de ellos.
319