Page 329 - El Misterio de Belicena Villca
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La Iniciada ha recorrido el laberinto, ha “guiado” a la serpiente hasta el
                 templo superior y la ha  conducido a través de la  columna de piedra y metal.
                 Ahora su ígnea cabeza comienza a presionar bajo la Esmeralda hiperbórea
                 encendiéndola mágicamente y bañando de luz verde el enorme recinto y a todos
                 sus ocupantes. Afuera el retumbar de tambores y flautas ha adquirido un ritmo
                 tan rápido y una intensidad tal que resulta imposible pensar o hacer otra cosa que
                 no sea contemplar el Zigurat, la torrecilla de la cima rodeada por Nimrod y sus
                 arqueros. Estos últimos, mientras tanto, observan a través de las columnas la
                 escena interior, invisible para el pueblo reunido en la base del Zigurat.


                 Quincuagesimotercer Día


                        Es ya el medio día, el momento preciso en que Shamash se halla en lo
                 alto. La voz grave de uno de los cincuenta Hierofantes se dirige a la bella
                 Iniciada, hablando con frases cortas, pronunciadas con la cadencia de una
                 oración ritual:

                                      –Oh Princesa Isa:
                                      La suerte de la Raza está en tus manos.
                                      Hemos recorrido muchas tierras
                                      y atravesado incontables países,
                                      para llegar hasta aquí,
                                      buscando dar la Batalla Final.
                                      Años de caminos y penurias
                                      desde que abandonamos las montañas sagradas
                                      adonde nacimos dos veces
                                      y en cuya cima Kus nos reunía
                                      y nos hablaba de los Tiempos Primordiales.
                                      Conocimos en esos lejanos días
                                      que no somos de aquí.
                                      Y, luego de recordar nuestro Divino Origen,
                                      ¿Cómo podríamos permanecer allí,
                                      engañados por El, el “Anciano” Enlil?
                                      Sí, todo se envileció ante nuestra vista.
                                      Los campos se agostaron súbitamente.
                                      Las flores tornaron horrible su perfume,
                                      y el calor de Shamash ya no nos pareció bueno.
                                      De pronto vimos las espigas raquíticas
                                      y hasta las montañas perdieron su imponente altura.
                                      Todo eso ocrurrió cuando miramos el mundo
                                      luego de que el Sabio Kus
                                      nos hablara del Cielo olvidado
                                      llenándonos el pecho de nostalgia.
                                      Entonces fue cuando decidimos
                                      emprender el Sendero de Regreso al Origen.
                                      Y cobrar cara la traición de los Demonios

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