Page 330 - El Misterio de Belicena Villca
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que nos habían engañado con su magia.
                                      Muchos fuimos los que partimos
                                      desde la montaña sagrada,
                                      hacia distintas direcciones.
                                      Y muchos son los Reyes
                                      que con sus pueblos hiperbóreos
                                      buscan desde entonces
                                      el camino del Cielo.
                                      Pero Kus nos había advertido
                                      que algunos no llegarían pronto
                                      si volvían a ser engañados
                                      por los astutos Demonios.
                                      Mas a nosotros nos dirigió certeramente
                                      porque no tenemos otro fin
                                      que conquistar el Cielo.
                                      Nos guía el invencible Nimrod
                                      a quien El teme
                                      porque su Sangre es Pura
                                      tan azul como el mar
                                      y tan roja como el amanecer de Shamash.
                                      Somos un pueblo valeroso como el león
                                      y volamos alto como el águila,
                                      pero nuestro ojo es agudo
                                      y nuestras garras despedazan al Enemigo.
                                      Somos un pueblo duro
                                      que no conoce el perdón
                                      y no da tregua en la lucha.
                                      Nos conduce Nimrod
                                      arquero como no hay otro en la Tierra.
                                      Las estrellas lo dibujaron
                                      cazando en el cielo.
                                      Llevamos con nosotros
                                      la Piedra Verde de Kus
                                      para que no volvamos a perdernos
                                      ¿qué más podemos pedir?
                                      ¡Apártense, Demonios infernales!
                                      porque hay aquí un pueblo despierto
                                      a quien no podrán atemorizar
                                      ni engañar jamás.
                                      ¡En guardia, Demonios malditos!
                                      porque se ha levantado una Raza indómita
                                      que Os presentará combate a muerte.
                                      Hoy el camino ha llegado a su fin.
                                      Atrás ha quedado el gran mar Kash
                                      y el país de Kashshu;
                                      sepultados en las rutas holladas
                                      permanecen nuestras mujeres y niños,
                                      nuestros ancianos y los mejores guerreros.
                                      Muchos han caído por la gloria de Kus

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