Page 539 - El Misterio de Belicena Villca
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200 años y en que las colonias griegas habían ocupado durante un tiempo
aún mayor la costa del Sur”.
“Los Druidas galos, que posteriormente fueron descriptos por César,
constituyeron una Orden antigua de oficiales religiosos, pues cuando
Sotión escribía Ellos ya poseían su reputación de filósofos en el mundo
exterior. De todas maneras, el relato de César es la fuente principal de la
presente información y es un documento especialmente valioso ya que el
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amigo y consejero de César, el noble Audeano Divitiacus , era Druida. La
descripción que hace César de los Druidas (Commentarii de bello Gallico,
VI) enfatiza sus funciones judiciales y políticas”
“A pesar de que oficiaban en Sacrificios y enseñaban la Filo-sofí de
su Religión, eran más que Sacerdotes: en la Asamblea anual de la Orden,
que tenía lugar cerca de Chartes, no era para rendir Sacrificios que la gente
concurría desde lugares remotos sino para presentar sus disputas en un
juicio justo. Su poder era mayor aún: no sólo decidían en las discusiones
de menor importancia pues su función incluía la investigación de las
acusaciones criminales más graves, así como también las disputas entre
tribus”.
–¡Himmel!, exclamé, mientras suspendía un momento la lectura: ¿será que
me encuentro tan sugestionado por la Doctrina del Führer, que veo judíos por
todas partes? Pues ¡a qué negarlo! aquellos Sacerdotes-Jueces, con su blanco
efod, se me antojaban Levitas de pura Raza hebrea–. ¡No estás equivocado! –
afirmó en mi mente la Voz de Kiev–. ¡Los Druidas son hebreos! ¡Algún día
conocerás la Verdad!
Seguí leyendo:
“Esto, y el hecho que reconocían un Archidruida investido del poder
supremo, nos demuestra que su sistema se concebía en una base nacional
y que además estaban habitualmente lejos de los recelos entre las tribus; y
si a esta ventaja política le agregamos su influencia sobre la opinión
pública, a la que formaban en su calidad de principales instructores de los
jóvenes, y, finalmente, la formidable sanción religiosa detrás de sus
decretos, es evidente que ante el choque con Roma los Druidas deben
haber controlado totalmente la administración civil de la Galia”.
Este poder omnímodo, tanto en la paz como en la guerra, esta
intermediación entre el Cielo y la Tierra, esta capacidad de “formar al pueblo” en
todos sus estratos, esta potestad de legislar y juzgar, ¿no era análoga a la de un
Aarón, un Josué, un Samuel, unos Levitas, es decir, aquella tribu de Israel a
quien Jehová encargó la misión de oficiar el Culto de la Ley ? Preguntas sin
respuesta por ahora; pero preguntas que daban paso a muy sugestivas
intuiciones. Así seguía el artículo:
“Del druidismo en sí es poco lo que se dice, excepto que los Druidas
enseñaban la inmortalidad del alma humana, sostenían que ésta pasaba a
otros cuerpos después de la muerte. Esta creencia fue identificada por
otros autores posteriores, tales como Diodorus Siculus, con la Doctrina de
Pitágoras, pero probablemente ello sea incorrecto ya que no existe
evidencia de que el sistema religioso druídico incluyese la noción de una
cadena de vidas sucesivas como forma de purificación ética, o de que
estaba formada por una doctrina de retribución moral, siendo la liberación
34 Divitiacus es el mismo Druida “Viviciano” que mencionara el profesor Ramirez en el Libro Tercero, Capítulo III.
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