Page 540 - El Misterio de Belicena Villca
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del Alma la última esperanza, y esto parece reducir el credo druídico al nivel
de una especulación religiosa común”.
Muy contradictorio, pensaba Yo en el tren. Es bastante improbable que
unos pueblos bárbaros, como eran los celtas, se sometiesen por millones a la
conducción religiosa, moral y judicial, de Sacerdotes-Jueces, retirados en los
bosques, que sólo sustentaban una “mera especulación religiosa común”. Algo
patente debían exhibir los Druidas, algo superior a una mera especulación
racional, algo que para los celtas era la Verdad.
“De la Teología del druidismo, César nos cuenta que los Galos, de
acuerdo a la enseñanza druídica, decían descender de un Dios que
correspondía a Dis en el panteón latino, y es posible que lo considerara
como el Ser Supremo; también nos dice que ellos adoraban a Mercurio,
Apolo, Marte, Júpiter y Minerva, y que en cuanto a estas deidades tenían las
mismas creencias que el resto del mundo. En resumen, los comentarios de
César implican que aparte de la doctrina de la inmortalidad, no había nada
en el credo druídico que hiciese de su fe algo extraordinario, por lo tanto
podemos deducir que el druidismo profesaba todos los dogmas conocidos
de la antigua religión Celta y que los Dioses de los Druidas eran las
deidades múltiples y conocidas del panteón Celta”.
Aquí el autor inglés del artículo se pasaba de la raya. En ninguna parte,
antes de éste último párrafo, había dicho o sugerido que los Druidas fuesen algo
diferente de los celtas, salvo “que formaban una Orden oficial de Sacerdotes”.
Pero ahora, claramente, daba a entender que en verdad ignoraba las creencias
de los Druidas y suponía que eran las mismas que sostenían los antiguos celtas.
¿Entonces quiénes eran los Druidas, si no eran celtas? ¿Y por qué los celtas
habrían cambiado su Religión tras la, ahora muy probable, llegada de los
Druidas? Preguntas sin respuesta. Preguntas para Konrad Tarstein.
“La Filosofía del druidismo no parece haber sobrevivido a la prueba
de su contacto cultural con las creencias romanas y era sin dudas una
mezcla de Astrología y Cosmogonía mítica. Cicerón (De Divin., i, xli, 90) dice
que Divitiacus se jactaba de poseer un gran conocimiento de physiología,
pero Plinio decidió eventualmente (Natural History, xxx, 13) que el saber de
los Druidas no era más que un montón de supersticiones. En cuanto a los
Ritos religiosos, Plinio (N.H., xvi, 249) ha hecho un impresionante relato de
la ceremonia de recoger los muérdagos, y Diodorus Siculus (Hist., v, 31, 2-
5) describe sus adivinaciones por medio del sacrificio de una víctima
humana. César ya había mencionado que muchos hombres eran quemados
vivos en jaulas de mimbre. Es posible que estas víctimas hayan sido
malhechores y también que tales sacrificios fuesen expiaciones en masa
ocasionales, más que la práctica común de los Druidas”.
¿Me equivocaba, o la Enciclopedia trataba, con un argumento subjetivo, de
dejar bien parados a los asesinos Druidas? Porque una cosa es ser verdugo,
tarea desagradable pero socialmente necesaria, y otra muy distinta ser Sacerdote
sacrificador de víctimas humanas: a los verdugos los puede justificar el hombre,
pues el ajusticiado es culpable de faltar a la ley; matar al que falta a la ley común
es comúnmente comprensible: simplemente se elimina a aquél que es incapaz de
convivir en comunidad; mas los Sacerdotes matan para aplacar a un Dios del
cual ellos son sus representantes, y propician un sacrificio humano que es
comúnmente incomprensible; sólo Ellos lo presentan como necesario y sólo El
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