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efectúa uniones carnales no sólo con hombres y mujeres, sino
vivientes, lo cual no se aplica al diablo. Asimismo, la cópula de también con animales.
un hombre con un cadáver no es bestialidad, especialmente según
la doctrina tomista, que niega a los cadáveres la naturaleza del Sinistrari no niega que algunas mujeres jóvenes tengan a me-
cuerpo humano. Lo mismo pudiera decirse del hombre que co- nudo visiones que las hagan imaginar que han asistido a un aque-
pulase con el cadáver de un animal. En el curso de esta discusión larre. Asimismo, la Iglesia clasifica a los sueños eróticos ordina-
se ponen de relieve la gran inteligencia y el profundo conocimien- rios en una categoría completamente aparte de la cuestión que
to de la psicología humana que posee el autor. Es verdaderamente estamos estudiando. Sinistrari no se refiere a estos fenómenos psi-
fascinante ver cómo se van hilvanando los pensamientos del padre cológicos cuando habla de demonialidad; se refiere a cópula fí-
Sinistrari para comentar un tema que toca tan de cerca a la ufo- sica real, como la que se comenta en los textos fundamentales so-
logía. Y ciertamente así es, puesto que Villas Boas y el matrimonio bre brujería. Así, en el Compedium Maleficarum, Gnaccius pre-
Hill se hubieran visto en grandes apuros ante el Santo Oficio, si senta dieciocho casos de brujería cuyas protagonistas tuvieron con-
hubiesen vivido en el siglo xvII. * tacto carnal con demonios. De la veracidad de estos casos res-
El acto de amor —escribe Sinistrari— tiene por objeto la ge- ponden diversos y sabios autores, cuyo testimonio está fuera de
neración humana. La inseminación no natural, es decir, una cópu- dudas. Además, el propio san Agustín afirma sin ambages:
la que no pueda ser seguida por la generación, constituye un tipo
aparte de pecado contra natura. Pero es el objeto de esta insemi- Es opinión muy difundida, y confirmada por el testimonio
nación lo que distingue a los diversos pecados correspondientes a directo o indirecto de personas fidedignas, que los silvanos y
esta categoría. Si demonialidad y bestialidad se hallasen compren- los faunos, llamados comúnmente íncubos, han atormentado con
didas en la misma, un hombre que hubiese copulado con un de- frecuencia a las mujeres, solicitando y obteniendo sus favores.
monio podría limitarse a decir a su confesor: «Padre, he come- Hay incluso unos demonios, llamados duses (es decir, lutina)
tido el pecado de bestialidad.» Y, sin embargo, es evidente que no por los galos, que acuden con gran frecuencia a estas prácticas
lo habría cometido. impuras: así lo declaran tantas y tan altas autoridades, que
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Con todo, surgen considerables problemas cuando se intenta sería impúdico negarlo.
identificar el proceso físico del coito con los demonios. Éste es
sin duda un punto muy espinoso (¡tan espinoso como el de identi- Ahora bien, el diablo se vale de dos medios para efectuar estos
ficar la naturaleza física de los platillos volantes!), y a este respec- contactos carnales. El primero lo emplea con brujas y hechiceros;
to Sinistrari nos obsequia con una notable disquisición. Después el segundo, con hombres y mujeres totalmente ajenos a la brujería.
de señalar que el principal objeto de la misma es el de deter- Éste es un punto de capital importancia. Lo que Sinistrari
dos
hay
de
clases
que
personas
que
pueden
en
entrar
minar el grado de castigo que merecen estos pecados, trata de afirma es con los seres que él llama demonios: las que han hecho
contacto
enumerar las distintas formas que puede revestir el pecado de de-
monialidad. Empieza por la observación siguiente: un pacto formal con ellos —y a continuación da los detalles de la
manera como se hace uno de estos pactos—, y las que tan sólo
son «buscadas» por ellos. Las consecuencias de esta declaración
Existen algunas personas, excesivamente hinchadas con sus fundamental del ocultismo para la interpretación de la fe en las
escasos conocimientos, que se atreven a negar lo que los auto- hadas y de las actuales historias sobre OVNIS son, sin duda, evi-
res más sabios han afirmado y lo que la experiencia demuestra dentes para el lector.
todos los días, a saber: que el demonio, ya sea íncubo o súcubo,
Si el diablo no tiene cuerpo, ¿cómo se las arregla para soste-
ner comercio carnal con seres humanos? ¿Cómo es posible que
* Benoit de Berna, de setenta y cinco años de edad, confesó que durante cua-
renta años habla tenido relaciones carnales con un súcubo llamado Hermelina. Fue las mujeres tengan hijos de tales uniones, cuando manifiestan ex-
quemado v i v o . . presamente el deseo de tenerlos? Todos los teólogos responden a
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O b s e r v e m o s de paso que los más eminentes de nuestros científicos prefieren, estas preguntas diciendo que el diablo toma prestado el cadáver
con Condon, Ignorar la existencia de estos informes, que consideran propios de
«chiflados». Sin embargo, hace unos cuantos siglos, las mentes más selectas velan, de un ser humano, ya sea varón o hembra, o bien forma con otros
en relatos parecidos, una ocasión para aumentar sus conocimientos de la naturale- materiales un nuevo cuerpo para este propósito. Encontramos aquí
za humana y no creían que rebajase su dignidad de filósofos dedicar mucho tiem-
po a estos estudios. Si y o , en mi calidad de científico del siglo X X , necesito dis- la misma teoría expresada por un miembro del Buen Pueblo y
culparme por escribir este libro, permítaseme invocar este precedente, tan válido citada por Wentz: «Podemos hacer a los viejos jóvenes, a los
como cualquiera. N. del A.