Page 23 - Mitos de los 6 millones
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Forrestal se refería a «América y el mundo judío». Preguntamos: ¿que América?.
En una encuesta realizada por el Instituto Gallup en 1940, el 83,5 por ciento de ciudadanos
americanos se mostraban contrariados a la idea de ver a su país mezclado en una nueva
guerra mundial. Al lado de un 12,5 por ciento de respuestas vagas, sólo un 4 por ciento de
consultados se mostraron partidarios de la entrada en la guerra. Luego cuando Chamberlain
decía «América» se refería sin duda razonable posible al gobierno americano de Roosevelt y
a su «Brain Trust» dos terceras partes del cual se componían de judíos. Cuando
Chamberlain acusaba al «mundo judío» de haber forzado a Inglaterra a declarar la guerra a
Alemania no se refería solamente a la talmúdica administración rooseveltiana, sino que
aludía igualmente al clan belicista de Londres, cuya cabeza visible y líder indiscutido era
Winston Churchill.
Hasta 1937, Churchill fué un ferviente admirador de Hitler, según se desprende
inequívocamente de la lectura de su obra «Great Contemporaries», así como de «Step by
Step», en que hace verderos panegíricos del Führer. Fué entonces cuando, en trance de ser
declarado en bancarrota por la pésima administración de su patrimonio familiar, un
financiero judío, Sir Henry Strakosck, le regaló la, entonces, fabulosa suma de 18.000
libras esterlinas, que permitieron al versátil político conservar su «status» en la sociedad
londinense. A partir de aquél momento la orientación de Churchill en política exterior da un
giro copernicano y se hace el campeón del clan belicista y anti-alemán en el Partido
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Conservador.
Por otra parte, entre los miembros del Gobierno británico que prácticamente
arrastraron al dubitativo Chamberlain a la declaración de guerra, figuraban cuatro judíos:
Hore Belisha, Ministro de la Guerra; Sir Adair Hore, Secretario de Pensiones Sociales; Lord
Hankey, Ministro sin Cartera, y Lord Stanhope, Primer Lord del Almirantazgo. Pero,
además, Lord Halifax, Ministro de Asuntos Exteriores, estaba casado con. una nieta de los
Rothschild, y con esa opulenta familia estaba igualmente emparentado por vía de
matrimonio el Ministro de Comercio Oswald Stanley. Sir John Simon, Canciller del
«Exchequer», es decir Ministro de Hacienda, era intimo amigo y protegido de Sir Philippe
Sasoon, uno de los prohombres del Sionismo británico, y estaba casado con una judía.
También estaban casados con hebreas Lord Maugham, Presidente de la Cámara de los
Lords, H. H. Rambotham, Ministro de Obras Públicas y Sir J. Reith, Ministro de
Información, de los restantes ministros, Sir Malcolm Mc Donald, el Secretario de
Colonias, estaba asociado en asuntos de finanzas, con el conocido multimillonario y
sionista Israel Moses Sieff. El Duque de Devonshire, Subsecretario de los Dominios, tenía
como asociado, en el consejo de administración de la «Allied Asurance Co.» a los judíos
Rothschild, Bearsted y Rosebery. El Ministro de Transportes, E. L. Burgin, era el director
de una empresa de abogados que defendía los intereses de la poderosa banca judía «Lazard
Bros». SirKingsley Wood, Ministro del Aire y el Conde De la Warr, Ministro de
Educación, eran asociados del P. P. P. (Political and Economical Planing), del hebreo
Sieff, entidad definida por el propio Churchill como un «vivero de marxistas». Solamente
Lord Woolton, el Ministro de Abastecimientos, no tenía ningún lazo familiar o comercial
con judíos, aün cuando anteriormente hubiera sido miembro del Consejo de Administración
de la firma judía «Lewi’s Ltd.» No debemos olvidar a dos figuras de máximo relieve en el
clan belicista inglés, aun cuando en el momento de la declaración de guerra no formaran
parte del gobierno oficial del país: Duff Cooper y Anthony Eden. Sir Duff Cooper, ex-
Primer Lord del Almirantazgo, era junto a Churchill, Halifax y Eden, y más aún que el
propio Presidente Chamberlain, uno de los hombres de más influencia en el Partido
Conservador. Curiosamente según las leyes de Nuremberg no hubiera sido considerado
1 John V. Forrestal: «The Forrestal Diaries», págs. 121-122.
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