Page 26 - Mitos de los 6 millones
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Inglaterra y los Estados Unidos concederían graciosamente después.que el Judaísmo, de
manera directa a través de su rama Sionista, e indirectamente por las Actividades de la Alta
Finanza y del Comunismo en cínica y, para los no informados; sorprendente alianza, fué no
un factor, sino EL factor determinante del desencadenamiento de la guerra, está fuera de toda
duda razonable. Corroboran esta afirmación los testimonios precitados, todos ellos de parte
contraria, y ya se sabe que a confesión de parte exclusión de prueba.
Y que Alemania era consciente de quién era su verdadero enemigo lo demuestran
numerosas declaraciones públicas de sus principales líderes políticos, de las que vamos a
citar, como más representativa, una frase del discurso de Hitler del 19 de Septiembre de
1939:
«En numerosas ocasiones, he ofrecido la amistad del pueblo alemán a Inglaterra y al
pueblo inglés. Toda mi política se ha basado en la idea de esa mutua amistad. Siempre he sido
rechazado... Nosotros sabemos que el pueblo inglés, en su conjunto, no puede ser hecho
responsable. Quien en realidad odia a nuestro Reich es la clase dirigente y plutocrática de la
Judería».
Que no se trataba de fantasías de Hitler lo atestiguan dos testigos de impar calidad.
Nada menos que los embajadores polacos en París y Washington en el momento de estallar
la guerra. Lukasiewicz, embajador en París, escribió a su Gobierno, el 7 de Febrero de
1939, que el Embajador norteamericano en Paris, el medio judío William C. Bullit, le
había dicho textualmente que «los Estados Unidos disponen de medios de presión
formidables contra Inglaterra. La simple amenaza de su. empleo debiera bastar para impedir
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qüe el Gobierno Británico prosiguiera su política de conciliación hacia Alemania». Por su
parte, el Conde Jerzy Potocki, embajador polaco en. Washington, escribió, el 12 de Enero
de 1939, al Jefe del Gobierno, Coronel Beck: «Aquí se ha desatado una campaña
antialemana de una rara violencia. Participan en la misma diversos intelectuales y
banqueros judíos: Bernard Baruch, el Juez del Tribunal Supremo, Frankfurter, el Secretario
del Tesoro, Morgenthau, y muchos otros relacionados con Roosevelt con lazos de amistad
personal. Este grupo de personalidades que ocupan los cargos de mayor responsabilidad en
el gobierno norteamericano está unido por lazos indisolubles con la
Baruch, Morgenthau et alia
En la gran democracia americana suele verse, junto a los presidentes elegidos por
sufragio universal, a una serie de personajes, que parecen surgir por generación espontánea,
ejerciendo el cargo de «consejeros especiales». Tales consejeros nunca han sido elegidos por
el pueblo «soberano», sino que han sido promocionados digitalmente. Desde los tiempos de
Roosevelt reciben el nombre de «Brain Trust», o Trust de los Cerebros, y a su frente
aparece una especie de «Gran Visir», cuyo poder es – o lo parece – superior al del propio
presidente. Ahí tenemos el caso de Kissinger, junto a Nixon. Y a su antecesor Sydney
Weinberg, de la firma bancaria Goldmann, Sachs & Co, junto a Johnson. Y a Bernard
Mannes Baruch, llamado «el proconsul de Judá en América», siempre junto a Roosevelt,
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Truman, Eisenhower y Kennedy.
Pues bien, Bernard Baruch admitió ante un Comité Investigador del Senado de los
Estados Unidos que, en plena guerra, redactó un plan de 14 puntos para «estrangular» a
Alemania una vez victoriosamente terminada la guerra y que, a consecuencia de ese plan,
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los ciudadanos alemanes «padecerían hambre y miseria». El Plan Baruch, concebido
1 Paul Rassinier: «Les Responsables de la IIe Guerre Mondiale», pág. 203.
2 [falta]
3 Declaración hecha el 22-VI-1945. Citado por Austin J. App, Presidente Honorario de la Universidad
de Philadelphia, in «Morgenthau Era Letters», Boniface Press, 1966.
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