Page 47 - Mitos de los 6 millones
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además, integraba los núcleos de mando de los llama dos «movimientos de resistencia», no
                        podía dejárseles sueltos entre la pobiacion civil por razones elementaJes de seguridad.
                        Como ya hemos visto, los Aliados, americanos y rusos, por no mencionar a los
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                        ingleses,  procedieron de igual – o peor (!) – manera con sus ciudadanos halógenos o
                        simplemen te sospechosos de deslealtad. Por otra parte, ello es perfectamente comprensible,
                        dado que en las guerras modernas, agónicas y existenciales, los pueblos se juegan su propia
                        vida como tales, y en esas circunstancias es excesivamente candoroso creer que, en plena
                        guerra, se va a proceder a estudiar caso por caso, con todos los formalismos legales, para
                        decidir, ségún derecho, a qué enemigo potencial hay que internarlo en un campo de
                        concentración, y a cual se le puede dejar transitoriamente libre, otorgándole el beneficio de
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                        la duda, que siempre juega a favor del acusado.
                              Conviene precisamente, además, que no todos los judíos que se encontraban dentro
                        del ámbito político-militar alemán fueron internados en campos de concentración. Cuando
                        los alemanes ocuparon Polonia, en el Otoño de 1939, confinaron a los judíos polacos en
                        ghettos, por razones de seguridad militar. La administración interna de esos ghettos estaba
                        en manos de Consejos Judíos, elegidos por los propios judíos, controlados, a su vez, por
                        una fuerza de policía judía. Para prevenir la especulación, las autoridades alemanas
                        obligaron a los judíos de los ghettos a utilizar unos vales especiales, que hacían el papel de
                        moneda, y sólo tenían curso en el interior de dichos ghettos. Que el confinamiento forzoso
                        en un ghetto precisamente un placer para los internados es innegable, pero de ahí a describir
                        los ghettos como «centros de exterminación», o de «muerte lenta», comoafirman los
                        autores judíos Kogon y Uris, media un abismo. En el ghetto de Varsovia se hallaban
                        concentrados unos 400.000 judíos, mientras otros 500.000 estaban en otros ghettos y algo
                        más de 200.000 en la zona denominada «Gobierno General de Polonia». En julio de 1942,
                        Himmler ordenó que todos los judíos polacos fueran concentrados en campos de detención
                        en donde se aprovecharían como mano de obra. No debemos olvidar que los campos de
                        concentración – con la única excepción de los llamados «campos de tránsito» – estaban
                        ubicados junto a zonas fabriles. En ellos no se encontraban tan sólo judios – tal como
                        parece dar la impresión la impresionante literatura concentracionaria – sino que sobre todo
                        prisioneros de guerra y elementos asociales. Entre Julio y octubre de 1942, casi las tres
                        cuartas partes de la población del ghetto de Varsovia fueron evacuadas y transportadas a
                        campos de detención y trabajo, habiéndose efectuado el transporte bajo la supervisión de la
                        Policía Judía. Esto, al menos, era la versión oficial o, en todo caso, lo que creía la
                        Administración Penitenciaria Nazi, porque en una visita sorpresa llevada a cabo por
                        Himmler a Varsovia en Enero de 1943 se descubrió que en el ghetto habían muchísimos
                        más judíos – que se suponía se hallaban en campos de concentración – de los que
                        teóricamente debía haber, y que 24.000 judíos registrados como trabajadores en las fábricas
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                        de armamento trabajaban, de hecho, ilegalmente, como sastres y peleteros.

                        1   En la llamada «Madre de las Democracias», a instancias de Churchill, se impuso un «decreto-ley»
                        (que naturalmente no fué votado por el Parlamento) llamado «18 B Regulation». Segun tal «regulación»,
                        cualquier ciudadano inglés simplemente sospechoso – sin pruebas – de sustentar reservas mentales a
                        propósito de la conveniencia de la guerra contra Alemania por proteger (?) a Polonia podía ser
                        encarcelado indefinidamente. La medida afectó a unas tres mil personas desde comunes ciudadanos
                        hasta miembros del Parlamento (Mosley) y heroes de la I Guerra Mundial (Almirante Domvile). (N. del
                        A)
                        2  Es un hecho histórico bien establecido que los inventores del sistema moderno campos de
                        concentración fueron los ingleses, en la guerra de los Boers, en el Transvaal, a principios de siglo. 120.000
                        no-combatientes Boers, y 75.000 negros sospechosos de hostilidad hacia Inglaterra, fueron internados em
                        campos de concentración. El coeficiente de mortalidad llegó al 7% anual, y al final de las hostilidades,
                        20.000 y 10.000 negros – en su casi totalidad ancianos, mujeres y niños – hallaron la muerte. (Ameru,
                        «The Boer War» – G.M. Trevelyan «History of England).
                        3   Manvell & Frankl (autores judíos): «Heinrích Himmler».

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