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Dejo  más  de  200  obras  escritas  sobre  drogas,  productos  curativos  y  fórmulas  de
                  laboratorio (Allen, 2001).

                         En  Grecia,  en  el  Imperio  Romano  resurge  la  medicina  de  Hipócrates  y  sus
                  discípulos. Una de las figuras que se destacan en este periodo es la de Catón el Censor
                  (234-149  a.  de  C.)  quien  escribió  una  obra  donde  nombra  al  esparrago,  granado,
                  higuera, membrillero y olivo (Ratera, 1980), entre otras plantas. Otro escritor celebre es
                  Plinio el Viejo o Naturalista (23-79 d. de C.) escribió una historia natural de 37 tomos,
                  en los cuales del 23 a 27 se ocupa de la Materia Médica y 9 de Botánica (Allen, 2001).
                  Dioscórides (siglo I de nuestra era), médico cirujano del emperador Nerón, es autor de
                  una importante obra, que luego utilizaron los médicos griegos, latinos y árabes hasta la
                  época  del  Renacimiento.  En  ella  hace  referencia  a  numerosas  plantas  medicinales,
                  indicando las enfermedades que curaban, lugar donde se podían encontrar, manera de
                  emplearlas,  indicaciones  sobre  las  enfermedades,  (Ratera,  1980)  etc.  Los  romanos
                  también  conocían  y  empleaban  acanto,  apio,  asafétida,  azafrán,  cáñamo,  eneldo,
                  euforbio, lúpulo, menta, perejil, sésamo y otras plantas (Ratera, 1980; Allen, 2001).

                         Durante  la  Edad  Media  y  el  Renacimiento  las  plantas  medicinales  no  fueron
                  mayormente estudiadas debido a que la superstición y todo lo sobrenatural estaban en su
                  apogeo  (Sandoya,  1994;  Allen,  2001).  Muchos  más  populares  fueron  las  plantas
                  mágicas y sagradas (Ratera, 1980). No obstante se usaban entre otras, las siguientes
                  plantas  medicinales:  anís,  digital,  enebro,  galanga,  jengibre,  lirio  común,  mercurial,
                  ruda.

                         Posteriormente, estuvo muy en boga la creencia de que la forma o el color de las
                  diversas  partes  de  un  vegetal  indicaban  sus  efectos  medicinales  (Teoría  de  la
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                  signatura ) (Ratera, 1980). Así por ejemplo el látex amarillento del vegetal denominado
                  celidonia  es  muy  eficaz  para  curar  la  ictericia;  las  semillas  del  vegetal  denominado
                  globos  o  globitos,  cuyas  semillas  subglobosas  tienen  una  manchita  que  recuerda  al
                  corazón, eran muy indicadas para enfermedades de este órgano.


                         Más tarde, la medicina primitiva teúrgica y demoniaca se va reemplazando por
                  el campo de la medicina experimental, en principio ejercida por los sacerdotes, en cuyos
                  conventos  y  monasterios  tenían  jardines  botánicos  de  plantas  medicinales  donde
                  realizaban interesantes estudios y trabajos (Allen, 2001), hasta que al fin, fue ejercida
                  por médicos casi exclusivamente (Ratera, 1980).


                         En  esta  época,  la  botánica  se  transforma  en  una  ciencia  independiente,
                  adquiriendo un desarrollo considerable (Allen, 2001). En este campo, fue importante la

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                             Alude  a  un  “antiguo  criterio  de  selección  de  plantas  medicinales  que,  se  basa  en  ciertos
                  atributos de las especies, tales como la forma, el color u otros rasgos o „señales‟, que supuestamente
                  anuncian el mal que curan” Keller (2003). Por ejemplo, la hepática (Hepática nobilis) para los males de
                  hígado, por la forma trilobulada de sus hojas, a menudo teñidas por antocianinas con un color sanguíneo,
                  o  Dioscorea  multiflora  (Dioscoreáceas)  y  Echinodorus  grandiflorus  con  hojas  cordiformes  para  tratar
                  afecciones   cardíacas.   http://www.unne.edu.ar/unnevieja/Web/cyt/cyt/2003/comunicaciones/06-
                  Biologicas/B-001.PDF (Capturado 13/06/2014 18:28 hs).




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