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publicación del famoso método de clasificación natural del médico y botánico francés
Jussieu, en 1789 (Allen, 2001) y, de mayor relevancia, en 1792 la obra de Linneo, el
gran naturalista sueco, creando la clasificación sistemática de los vegetales a partir de su
conocida nomenclatura binaria, que fue adoptada rápidamente por todos los botánicos,
convirtiéndose en un factor indispensable para el desarrollo de la fitoterapia (Sandoya,
1994). Con esta base, la biología, la física y la química fueron sólidos puntales para la
medicina, y comenzaron a aparecer importantes aportes a la terapéutica, farmacología,
fisioterapia, etc. (Ratera, 1980). Se estudiaron diversas drogas, y una vez bien conocido
su principio activo, se pueden producir artificialmente en los laboratorios mediante la
síntesis de los mismos (Sandoya, 1994).
Finalmente, en América diversas culturas que aún asombran a diversos
investigadores del mundo, se destacaron por su amplio y poderoso conocimiento de los
vegetales medicinales. Para los Aztecas y los Mayas, la diosa Tzapotlantenam presidia
la medicina en general, y el dios Xipe era el causante de varias enfermedades (Ratera,
1980). Los Aztecas conocían muy bien y empleaban diversas plantas medicinales. En
sus ciudades había jardines botánicos destinados al cultivo de estas plantas, por cierto
muy anteriores a los que luego se establecieron en Europa. Entre las plantas medicinales
más empleadas se puede mencionar el agave, ciprés de Moctezuma, jalapa,
liquidámbar, papaya, y ulli (Ratera, 1980).
Para la antigua medicina peruana, las enfermedades las provocaba una fuerza
oculta, introducida en el organismo humano por la cólera de un dios, o por los
sortilegios maléficos de algún enemigo (Ratera, 1980). Entre las plantas más comunes
empleadas, se pueden mencionar las siguientes: coca, escobilla de Perú, guayabo, maíz,
pinco-pinco, piñón, quina-quina, ratania, etc.
En nuestro país, los guaraníes, comechingones, araucanos, etc., conocían y
empleaban asimismo diversas plantas para curar sus dolencias. Entre ellas, podemos
citar el ambay, canelo, caven, notro, palo pichi, pañil, pehuén, pichi y romanza (Ratera,
1980).
Las plantas medicinales consideradas mágicas y sagradas
Las plantas medicinales están muy relacionadas con las denominadas mágicas y
sagradas. Según la leyenda y la tradición, las plantas mágicas son aquellas que están
dotadas de poderes sobrenaturales, y que proporcionan a sus poseedores riqueza, amor,
honores, salud y defensa para los maléficos (Ratera, 1980). Además suelen emplearse
en ritos, sahumerios y en ceremonias de las denominadas Ciencias Ocultas. Entre ellas
podemos mencionar las siguientes beleño negro, belladona, cicuta, estramonio,
mandrágora, mercurial y verbena. Muchas de estas especies son muy venenosas. Sin
embargo, como poseen principios activos muy importantes, también se las utiliza en
medicina. No obstante, es aconsejable usarlas con suma prudencia.
Las plantas sagradas estaban consagradas a los dioses, por ejemplo, los griegos y
romanos consagraron el acónito a Cerebro; el álamo a Hércules; la centaura a Quirón;
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