Page 125 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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se agrupa en un acto de fe hacia el Estado, el pueblo y la Nación alemana. La lucha de
clases ha dejado de existir y de las ruinas del Estado liberal capitalista, que se ha
desmoronado, se levanta la idea de una verdadera comunidad del pueblo.
Por la tarde las masas de obreros, procedentes de todos los barrios de Berlín, en diez
columnas de 100.000 hombres, cada una, marcharon hacia el aeródromo de Tempelhof,
en el cual se habían alzado tres enormes tribunas con seis series de altavoces y más de
100 aparatos.
Las diez columnas, formando una estrella, escucharon el discurso de Adolfo Hitler que
duró una hora, despertando el entusiasmo de más de millón y medio de personas que
acudieron al aeródromo para verle y escucharle.
Hitler proclamó como primer deber para el restablecimiento de la salud nacional que
aprendieran a entenderse de nuevo y encontrarse mutuamente los millones de alemanes
separados unos de otros por clases, artificialmente creadas, y obstinados por el prejuicio
de castas y por la psicosis de sus diferencias. La consigna del día debe ser: “Honrad el
trabajo y respetad al trabajador”. El respeto no depende de la naturaleza del trabajo sino
de la manera de ejecutarlo. Obreros, campesinos y burgueses deben formar una sola
comunidad, Del día más hermoso de la primavera no se puede hacer un símbolo de
lucha y de descomposición y con ello de la ruina de un pueblo, sino un símbolo del
trabajo creador, de la confraternidad y con esto del resurgimiento del pueblo.
Como fines inmediatos del gobierno el Canciller señaló:
1.º La lucha para que la nueva ideología y la nueva fe política se incorporen al espíritu
del pueblo alemán entero.
2.º Despertar de nuevo en el pueblo el sentimiento del deber y de la propia conciencia y
aumentarlo constantemente. En el pasado se han cultivado artificialmente los complejos
de inferioridad. Actualmente, quizá, se podrá oprimir a la nación pero no humillarla.
Alemania y los alemanes no deben ser considerados como de segunda clase.
3.º El Servicio del trabajo obligatorio impondrá a todos el trabajo manual, siquiera una
vez, para que así tengan ocasión de conocerlo y se acostumbren a la obediencia. El
Servicio del trabajo obligatorio no es ningún ataque contra el trabajo, sino contra el
prejuicio de que el trabajo manual sea una afrenta. El marxismo será eliminado no solo
exteriormente, sino que además habrá que privarle de sus bases, a las cuales pertenece la
presunción. La idea ya se realizará este año, y al cabo de cuarenta años más las palabras
trabajo y trabajo manual habrán cambiado de sentido elevándose su estimación de la
misma manera que la palabra “mercenario” se ha convertido en la de soldado.
4.º Otra de las grandes tareas es liberar la iniciativa creadora de los efectos fatales
causados por las decisiones mayoritarias, no solo en el Parlamento sino también en la
economía. Esta no puede prosperar sin la síntesis del espíritu creador y de las
obligaciones frente al pueblo entero. Por tanto a los contratos se les dará el sentido que
les corresponde. El hombre no vive para los contratos sino que estos deben facilitar la
vida del hombre.
5.º En este año el Gobierno dedicará todos sus esfuerzos a cubrir la primera etapa en el
camino de un sistema económico orgánicamente dirigido. Es un axioma fundamental el
de que no puede haber ningún progreso sin que comience el campesino, que es la raíz de
la vida económica, racial y nacional. De aquí parte el camino hacia el obrero y luego
hacia la vida intelectual. Durante 14 años se ha hecho todo lo contrario y en
consecuencia no se ayudó a ciudades, obreros y clase media. Todos no conocieron más
que la ruina y la miseria.
6.º La eliminación del paro forzoso mediante la procuración de trabajo se divide en dos
grupos: el trabajo privado por medio de la renovación y reparación de las casas y, sobre
todo, por un llamamiento al pueblo alemán entero. El problema de la procuración de
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