Page 140 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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llegado a formar con este una unidad, así también la asistencia social en manos de la
administración del Estado (ministerios de Gobernación y Trabajo) halla ahora más que
nunca su complemento en el trabajo de las organizaciones particulares de auxilio social.
Conjuntamente trabajan las cuatro grandes agrupaciones centrales de la asistencia social
privada: la asistencia nacionalsocialista (NSV), la misión interna (evangélica), la
agrupación alemana Caritas (católica) y la cruz roja alemana, cuya colaboración, desde
1933, con la asistencia social del Estado se ha ido haciendo cada vez más estrecha en
todos los Estados federales, provincias y municipios. En la agrupación dentro del
Estado de la asistencia pública y privada y de la asistencia a la juventud se ha
concertado la forma exterior de esta obra social. El “auxilio a la madre y al niño”
demuestran de la mejor manera, por sus resultados, que la asistencia social se ha
convertido en un asunto de todo el pueblo alemán.
La Asistencia Social Pública
Desde principios del año de 1936 ha sido delimitada con más exactitud la competencia
de la administración del Estado en este terreno. El ministerio de Trabajo organiza la
asistencia social para los inválidos de la guerra, para las familias de los muertos en la
guerra, para los pequeños rentistas y rentistas sociales, así como los asuntos generales
de la asistencia social del trabajo y todas las medidas especiales en favor de la población
menesterosa. El ministerio de Gobernación se encarga de todas las cuestiones generales
de la asistencia social, de la asistencia social para todos los demás menesterosos y de los
asuntos de la asistencia social privada.
Debido a que los hombres directivos del movimiento nacionalsocialista son todos
combatientes de la guerra, también en el Estado nacionalsocialista reina el espíritu del
frente de la guerra mundial: honor, valor, cumplimiento del deber, camaradería. el
cuidado en favor de los inválidos y de os familiares de los caídos en la gran guerra se ha
convertido en un deber de honor del Tercer Reich; este trata de asegurar una existencia
independiente a las víctimas de la guerra. Desde 1933 se ha realizado ampliamente el
principio según el cual los afectados por la guerra tienen derecho especial a un puesto
de trabajo. Todas las fábricas y talleres están en la obligación legal de hacer ocupar un
número determinado de puestos de trabajo por lisiados graves de la guerra. De esta
manera se ha conseguido en dos años dar empleo a 27.000 de los casi 47.000 mutilados
sin trabajo que aún existían a fines de marzo de 1933; más tarde se han obtenido
ulteriores progresos. Convenios especiales entre los principales órganos de la asistencia
social y de la organización médica en favor de los ciegos de la guerra y de los heridos
en la cabeza. A esto hay que añadir un suplemento de pago de 60 marcos al año que
beneficia a más de 420.000 excombatientes con derecho a asistencia.
Un paso decisivo fue realizado en la asistencia a los familiares de los muertos en la
guerra mediante una ley especial: en virtud de esta se concede a la viuda una pensión
por valor del 60 % de la renta total a la cual tenía derecho el fallecido y, al mismo
tiempo, otra complementaria de 34 marcos al mes.
El agradecimiento del nuevo Estado a los combatientes inválidos de la revolución
nacional ha sido expresado equiparándolos a los heridos de la guerra. El Führer ha
ordenado destinar para ambos grupos medio millón de marcos al año, provenientes de
los fondos del Partido por haberse sacrificado en aras del porvenir de Alemania.
Gozan de tratamiento similar al de los inválidos de guerra los obreros y empleados
perjudicados gravemente en su capacidad de trabajo a consecuencia de un accidente.
Del espíritu de la comunidad del pueblo ha surgido la “Fundación para las víctimas del
trabajo”. Gracias a la creación del patronato de artesanos ciegos, la ocupación de éstos
ha experimentado un incremento importante.
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