Page 187 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
P. 187

la estabilidad del sistema monetario y de la Hacienda pública alemana y se asegura  y
                  amplía hasta el presente.
                  La  mayor  moderación  en  los  gastos  y  la  buena  administración  en  el  empleo  de  los
                  fondos públicos así  como su centralización  son  ahora,  lo  mismo  que antes,  un  deber
                  ineludible.  La  capacidad  de  rendimiento  del  mercado  monetario  y  financiero  debe
                  emplearse sobre todo para las necesidades normales del Reich y para la consolidación o
                  amortización de las deudas a corto plazo.
                  Moderación en los gastos, tal es la consigna que el Dr. Schacht no se cansara de repetir.
                  Su revista Der Deutsche Volkswirt (El Economista alemán) no ha titubeado en esbozar
                  hace poco tiempo un cuadro real de esta necesidad.
                  “Sin  cesar  se  acumulan  los  difíciles  trabajos  que  Alemania  tiene  aun  que  ejecutar:
                  recuperar el tiempo que ha perdido mientras que las demás naciones se han entregado al
                  rearme; conquistar,  mediante grandes  esfuerzos,  su  independencia en el  terreno  de la
                  alimentación; aprovisionamiento debido, a la falta de colonias, de materias primas de
                  vital necesidad por medio del segundo Plan cuadrienal. Se sobrentiende que todo esto
                  requiere trabajo, materias primas, divisas, capital. Si la mano de obra parecía en cierta
                  época inagotable, en la actualidad está totalmente ocupada. El aparato crediticio ha sido
                  puesto a contribución  por  el  sistema de  las deudas  a corto  plazo.  A  fines de  julio  el
                  Reich tenía 7.000  millones de marcos en circulación,  lo cual  no había ocurrido hasta
                  ahora desde la inflación. En cuanto a la existencia de materias primas y de divisas había
                  hasta hace poco si no de sobra por lo menos lo suficiente para satisfacer las necesidades;
                  en el presente no es posible contar con reservas de importancia. En los últimos cuatro
                  años el tiempo no nos han favorecido en el empeño de conquistar nuestra independencia
                  alimenticia.  Considerables  cantidades  de  divisas  han  tenido  que  ser  invertidas  en
                  productos alimenticios para el consumo de la nación.
                  El ordenamiento de los problemas según su importancia es indiscutible. Ante todo un
                  pueblo quiere vivir. Por lo tanto hay que alimentarlo. Quiere vivir libre. Para ello debe
                  encontrarse  en  condiciones  de  poder  defenderse.  Para  defenderse,  tiene  que  estar
                  armado  y,  además,  debe  asegurarse  determinadas  fuentes  de  reserva.  A  su  vez  estas
                  reservas le son necesarias para completar su alimentación y su defensa. Sin embargo, el
                  concepto  “completar”  no  debe  considerarse  desde  un  punto  de  vista  estrictamente
                  militar. En la época del tecnicismo en que vivimos hay que asegurar también el curso
                  imprescindible  de  la  economía  general.  El  segundo  Plan  cuadrienal  está  destinado  a
                  realizar este último fin. Todo lo demás está sujeto a este orden de problemas: los gastos
                  de administración y de representación del Estado, el satisfacer las necesidades de menor
                  importancia.
                  Si  el  curso  hasta  ahora  seguido  en  la  reconstrucción  nacional,  económicamente
                  hablando, ha obligado a invertir las reservas en materias primas y trabajo, esto significa
                  para  el  consumo  normal  supera  en  efecto  a  la  producción.  Si  las  circunstancias
                  permanecen  invariables,  el  aprovisionamiento  sólo  se  puede  asegurar  en  el  orden
                  deseado, mediante una organización conveniente. Las medidas  hasta ahora tomadas  y
                  las que se tomen en lo sucesivo, impuestas por el progresivo aumento de las dificultades
                  entre los problemas presentes y futuros, tienden a eliminar aquellas exigencias que no
                  sean  de  necesidad  inmediata.  Tanto  el  trabajo  como  las  materias  primas  se  han  de
                  dedicar  únicamente  a  la  realización  de  los  problemas  más  urgentes.  Si  surgiera  una
                  situación indeseable entre la circulación monetaria y las mercancías para el consumo,
                  los  gastos  del  Estado  y  con  ello  la  circulación  monetaria  deben  ser  suprimidos  para
                  todos aquellos fines que no sean de necesidad vital.”







                                                           187
   182   183   184   185   186   187   188   189   190   191   192