Page 182 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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de 1933, sobrepasando en más del doble el nivel de 1928, que fue el año de la coyuntura
                  más elevada antes de la crisis mundial.
                  Otro  capítulo  de  la  primera  ley  para  la  disminución  del  paro  forzoso  contiene  una
                  disposición que estimula la colocación de empleadas domésticas en casas particulares.
                  Por leyes anteriores las empleadas domésticas estaban exentas del pago de la cuota del
                  seguro contra el paro forzoso y se  les  había reducido considerablemente la cuota del
                  seguro  de  invalidez.  En  lo  sucesivo  las  empleadas  domésticas  quedan  exentas  de  la
                  cuota    para  el  subsidio  a  los  parados.  Por  otra  parte,  las  familias  que  admitan  una
                  empleada de casa disfrutan de una rebaja en el impuesto de rentas por equipararse en
                  este sentido la empleada a un niño de menor edad. Esta medida ha sido incorporada más
                  tarde a la nueva ley sobre el impuesto de rentas, de modo tal que el contribuyente puede
                  deducir del importe total de sus ingresos 50 marcos mensuales por cada doméstica.
                  El  resultado  de  estas  facilidades  ha  sido  un  aumento  considerable  en  la  demanda  de
                  empleadas de casa y, por consiguiente, una descongestión del mercado del trabajo y una
                  disminución  de  los  subsidios  para  los  parados.  Actualmente  existe  ya  escasez  de
                  empleadas domésticas.
                  Como medida de carácter permanente de la ley del 1.º de junio de 1933, recordaremos
                  también  la  concesión  de  préstamos  prematrimoniales,  que  ya  se  ha  tratado  en  los
                  capítulos  de  la  política  demográfica  y  social  y  que  ha  experimentado  diferentes
                  ampliaciones por otras órdenes sobre la concesión de subsidios infantiles.
                  Según un cómputo de la Oficina de Estadística del Reich, hasta el comienzo del año de
                  1933,  se  habían  contraído  300.000  matrimonios  menos  de  los  que  podían  esperarse
                  teniendo en cuenta el número de personas que en condiciones normales pudieron haber
                  contraído  matrimonio.  Esto  había  que  atribuirlo  sobre  todo  a  la  mala  situación
                  económica.  En  la  mayoría de  los casos existía el  deseo  de casarse,  pero  faltaban  los
                  medios para  la  fundación  de un  hogar  modesto. Era necesario ayudar  a resolver  esta
                  situación  y,  exceptuado  las  condiciones  que  hasta  entonces  se  consideraban  como
                  normales para el matrimonio, estimular a las mujeres hacia el matrimonio poniéndolas
                  en situación de dejar su puesto de trabajo o determinar su situación de paro forzoso.
                  Consecuencia de esta medida, creación personal del Secretario de Estado Reinhardt, fue
                  un  considerable  aumento  de  la  cifra  de  natalicios.  Como  ya  se  ha  dicho,  se  han
                  concedido unos 960.000 préstamos prematrimoniales y han nacido unos 825.000 niños
                  de los matrimonios que han recibido esta ayuda.
                  Los fondos para la concesión de tales préstamos se obtienen por medio de un aumento
                  del impuesto sobre la renta de los solteros y los reingresos resultantes de los préstamos
                  prematrimoniales se emplean en subsidios infantiles a las familias numerosas.
                  Además  de  las  ayudas  concedidas  por  una  sola  vez,  desde  agosto  de  1936  se  han
                  distribuido regularmente a los obreros y empleados con numerosa prole auxilios de 10
                  marcos por el tercero y cuarto hijo, 20 por el quinto y cada uno de los hijos sucesivos;
                  para labradores y profesiones libres 10  marcos por el quinto  y cada uno de los hijos
                  sucesivos. En total se ha subvencionado 2 millones y medio de niños.
                  En  un  capítulo  de  la  segunda  ley  para  la  disminución  del  paro  forzoso  de  21  de
                  septiembre de 1933 se reduce a la mitad el impuesto sobre las rentas de la agricultura y
                  otro disminuye el impuesto correspondiente a los bienes raíces.
                  Con  esta  reforma  se  ha  logrado  un  aumento  de  la  producción  agrícola.  Las  cargas
                  contributivas de la agricultura, que en el año de 1935 al 1936 eran de 460 millones de
                  marcos, quedaron a unos 100 millones menos del nivel de la crisis de los años de 1932-
                  1933  y  han  alcanzado  así  el  nivel  más  bajo  desde  la  guerra  mundial.  Esto  es  un
                  desarrollo contributivo extraordinariamente favorable para la agricultura si se tiene en
                  cuenta que el producto de las ventas ha subido de 1932 a 1935 en unos 2.400 millones



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