Page 206 - Santoro, Cesare El Nacionalsocialismo
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proporcionan al “Cóndor” una gran velocidad que se mantiene aún en los vuelos a gran
                  altura,  sobre  montañas,  debido  a  la  gran  envergadura  de  las  alas.  Por  el  empleo  del
                  mecanismo de aterrizaje se ha conseguido un mínimo de tiempo y de velocidad en el
                  arranque  y  en  el  aterrizaje.  Las  comodidades  de  los  compartimentos  para  viajeros
                  satisfacen  las  mayores  exigencias  que  caben  dentro  de  este  moderno  medio  de
                  locomoción. Las posibilidades de empleo del “Cóndor” son tan múltiples que, además
                  de usarse como avión normal de pasajeros, puede utilizarse también como simple avión
                  de  carga  o  combinado  para  carga  y  pasajeros.  Fuera  de  esto  es  posible  aumentar
                  notablemente  su  radio  de  acción  y  utilizarlo  como  avión  postal  y  de  pasajeros  en
                  trayectos largos. Con cuatro motores de 550 a 870 caballos, cada uno, y con un peso de
                  14.000 a 14.800 kg. el Cóndor puede alcanzar una velocidad máxima de 365 a 430 km.
                  por hora.
                  Para  demostrar  su  capacidad  de  rendimiento,  el  1.º  de  agosto  de  1938,  el  “Cóndor”
                  cubrió en 11 horas y con una velocidad media de 360 km. por hora los 3.155 km. que
                  hay  entre  Berlín  y  el  Cairo.  Después  de  una  permanencia  de  2  horas  en  el  Cairo,
                  emprendió su vuelo de regreso a Berlín. El vuelo sin escala a la América del Norte, de
                  ida y vuelta, que el “Cóndor” emprendió 11 días más tarde y en el que cubrió el trayecto
                  Berlín-New York  (unos 6.500  km.)  en 25  horas y  de New York  a Berlín en  sólo  20
                  horas, ha llenado de admiración al mundo entero.
                  La  compañía  de  navegación  aérea  “Deutsche  Lufthansa”  ha  hecho  construir  en  los
                  talleres Dornier de Friedrichshafen, en el lago de Constanza, un modelo de hidroavión
                  de gran velocidad, destinado a la travesía del Atlántico del Norte, donde comúnmente
                  reina mal tiempo, para cubrir sin escala la distancia de 5.600 kilómetros que hay entre
                  Lisboa y Nueva York. El cometido ha sido cumplido por el Kornier Ko 26 que reúne
                  una serie de ideas constructivas totalmente nuevas.
                  El  hidroavión  Do  26  es  un  monoplano  de  30  m.  de  envergadura  que  desarrolla  una
                  velocidad máxima de 335 km. por hora y una velocidad normal de vuelo de 310 km. por
                  hora y tiene un radio de acción máximo de 9.000 km. El cuerpo del aparato, que tiene
                  dos pisos está dividido en ocho compartimentos de modo que en caso de amarre forzoso
                  por  avería  pueda  seguir  flotando  por  tiempo  indefinido.  A  ambos  lados  del  cuerpo
                  central  se  encuentran  lo  motores,  que  consisten  en  cuatro  grupos  de  Junkers-Jumo-
                  Diesel.
                  Teniendo en cuenta la finalidad a que se destina este hidroavión se ha prestado la mayor
                  atención a las medidas necesarias para la seguridad del vuelo; por ejemplo, en el caso de
                  que dejaran de funcionar dos de los motores, los otros dos pueden seguir funcionando
                  por la disposición especial de tándem que tienen. Durante el vuelo, se puede llegar a los
                  motores por tubos de acceso lo suficientemente anchos para moverse dentro de ellos. El
                  mecanismo del aparato está dispuesto de manera tal que se puede revisar también  en
                  plena  marcha.  Para  mayor  seguridad  del  vuelo  y  control  de  los  motores  se  ha
                  establecido un servicio especial de vigilancia que está a cargo del capitán del avión.
                  Como la seguridad del funcionamiento de tal aparato depende también esencialmente de
                  la tranquilidad de espíritu de la tripulación, sometida a un esfuerzo mental muy intenso
                  durante el tiempo en que está en marcha el avión, se ha puesto un interés especial en la
                  simplificación  del  trabajo  y  en  el  confort  durante  el  servicio.  Las  cabinas  de  la
                  tripulación  son  espaciosas.  Los  asientos  de  los  pilotos  son  cómodos  y  pueden
                  transformarse con un par de manipulaciones en cómodo diván. La calefacción se hace
                  por conducción de aire caliente; incluso se dispone también de una cámara frigorífica.
                  Hay  un  espacio  de  seis  metros  cúbicos  en  donde  cabe  abundantemente  correo  y
                  mercancías. En este espacio se pueden colocar unas 200.000 cartas.





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